jueves, 31 de agosto de 2023

Ensalada de zanahorias con yogur y canela.


 

Esta ensalada está inspirada en una receta de Ottolenghi de su libro "Cocina Simple" y es perfecta como acompañamiento de un plato de carne (yo con costillas de cerdo asadas) o para tomar como entrante cuando quieras una comida ligera pero muy sabrosa.

Él recomienda utilizar zanahorias pequeñas, baby,  pero yo usé las que tenía, las normales, eso sí recién cosechadas.

Otra diferencia es que él las cocina al vapor y yo las puse en el horno; desde que “descubrí” las zanahorias asadas me he hecho fan; como iba a encender el horno de todas las maneras para asar las costillas pues aproveché.

Os aconsejo que la probéis, creo que os gustará; al principio puede que la mezcla de vinagre, miel, yogur y sobre todo canela los cause recelo pero el resultado es una ensalada distinta, sabrosa y refrescante.



Necesitamos:

Un buen manojo de zanahorias.

1 yogur natural sin azúcar, sal y orégano seco.

Aliño: 3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada de miel, 1 ½ cucharada de vinagre, 1 cucharilla de canela molida, pimienta negra y sal.

Empezamos pelando las zanahorias y despuntándolas; las partimos en dos o en cuatro a lo largo, dependiendo del grosor.

Las ponemos en una bandeja de horno con un poco de sal y pintadas con aceite con una brocha. Horneamos unos diez minutos; deben quedar tiernas pero con un puntito crujiente.

Mientras en una fuente ponemos el aceite, el vinagre, la miel, la canela, pimienta negra y la sal; batimos bien.

Cuando las zanahorias estén asadas las impregnamos bien con este aderezo y las dejamos enfriar.

En un bol mezclamos el yogur natural, que previamente hemos puesto sobre un colador para que suelte el suero y quede más espeso (podéis usar yogur griego) con el orégano seco y una pizca de sal.

Cuando vayamos a servir vertemos esta mezcla sobre las zanahorias y ponemos un poco más de orégano y sal por encima en el último momento.


domingo, 27 de agosto de 2023

Guiso especiado de berenjenas y calabacín.

 



Riquísimo, de verdad. Sobre unas tostadas de pan de hogaza, tostado y crujiente, y por encima unos frutos secos, piñones, almendras, avellanas o, si os gusta más, unas aceitunas negras. Nosotros también probamos con queso curado de Zamora ¡espectacular!

Es saludable y fácil de hacer, unas hortalizas, unas especias y un poco de aceite de oliva virgen extra, receta totalmente mediterránea.

En cuanto a las especias os digo lo que he puesto yo pero aquí está el gusto de cada uno y lo acostumbrado que esté a usarlas. Sacad los tarritos de especias que vamos allá.

Necesitamos:

1 berenjena.

1 calabacín.

1 tomate maduro mediano.

2 ó 3 dientes de ajo.

½ pimiento rojo.

Especias: cúrcuma, comino molido y pimienta negra.

Sal y aceite de oliva virgen extra.



Empezamos lavando, pelando y partiendo las hortalizas que vamos a utilizar; no es necesario partir muy pequeño porque después vamos a machacarlo ligeramente.

No pelé el tomate y fue un error, después estuve “cazando” trocitos de piel por la cazuela, jajaja.

En una cazuela ponemos una cucharada de aceite y medio vaso pequeño de agua, que apenas cubra el fondo; añadimos todas las hortalizas, con ½ cucharilla de cúrcuma, ½ de comino molido, unos golpes de pimienta negra y sal.


Mezclamos bien, tapamos la cazuela y cocinamos a fuego medio unos 15 minutos, dándole unas vueltas de vez en cuando; las verduras, sobre todo el calabacín y el tomate, soltarán suficiente líquido para que todo se cocine.

Después de ese tiempo con un tenedor vamos machacando el guiso para que quede como una papilla irregular, con trocitos.

La servimos y ponemos por encima un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.

Se puede comer templado o frío.

jueves, 10 de agosto de 2023

Alcachofas a la sidra.

Ya estamos en temporada de avellanas; un poco antes que otros años hemos empezado a recogerlas.

Parece que hay buena cosecha que compartimos con los picapinos y otras aves. Antes de que maduren del todo ya se encuentran muchas agujereadas y sin fruto.


Creo que es precio que hay que pagar por vivir en un sitio donde la naturaleza todavía resiste, todavía está con fuerza y lo pagamos con gusto: hay avellanas para todos.

Y muchas aves están sacando adelante sus nidadas aprovechando la abundancia.

Pero bueno no era esto lo único que yo quería contaros. Vamos con la receta de alcachofas.

Fácil, rápida, rica…perfecta con un culín de sidra para el aperitivo y para la cena.



Necesitamos:

Una bolsa de alcachofas congeladas. Como no estamos en temporada yo uso alcachofas congeladas pero también pueden ser en conserva. Si las utilizáis frescas tenéis que modificar el tiempo de cocción que será mayor.

2 ó 3 dientes de ajo.

Medio vaso de sidra natural.

Medio vaso de agua.

1 cucharada de pan rallado.

Sal, perejil y aceite de oliva.

Empezamos poniendo en una sartén, que tenga tapa, dos o tres cucharadas de aceite con los dientes de ajo picados y dejamos que se frían sin que lleguen a coger color.

Añadimos las alcachofas, congeladas, subimos de fuego y ponemos la sidra; dejamos con minutos para que se evapore.

Agregamos el pan rallado, damos una vueltas para repartirlo bien y salamos.

Cubrimos, no del todo, con un poco de agua, tapamos y dejamos cocer despacio hasta que las alcachofas están tiernas (ya sabéis, pinchar con una puntilla y comprobar que entra sin dificultad).

Servir calientes con un poco de perejil picado.


Pedid a quien escancie la sidra que eche un culín pequeño y bebedlo de un trago cuando todavía está espumoso; cuando veo gente con el vaso de sidra en la mano bebiendo a sorbitos como si fuera vino o un refresco creo que se pierden toda la gracia de la sidra, que es mucha si está a la temperatura adecuada (fresca, no fría) y bien escanciada.

Fdo: una leonesa reconvertida.

sábado, 5 de agosto de 2023

Lomo de cerdo con champiñones al cava.


 


Empezaré por decir que me encanta el cava…una, o dos, copitas frías para acompañar cualquier plato son para mí un placer.

También me gustan los champiñones, al ajillo, rellenos, guisados, en revuelto…

La carne…bueno la como de vez en cuando pero no es uno de mis placeres. Me gusta el cordero o el cabrito asados o en caldereta con mucha salsa y guarnición, pero en general la carne “se me hace bola”.

Hoy he preparado lomo de cerdo astur-celta que es una raza asturiana que se creía extinguida pero poco a poco se va recuperando.

Necesitamos para dos:

4 rajas de lomo partidas un poco gruesas.

8 champiñones.

1 cebolla mediana.

½ vaso de cava, o vino blanco seco.

½ vaso de caldo de verduras o agua.

Perejil.

Sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos pochando en una sartén con dos cucharadas de aceite la cebolla con una pizca de sal; cuando empieza a estar blanda añadimos 4 champiñones, bien limpios y partidos; dejamos que se cocine todo junto hasta que los champiñones hayan perdido el agua y la cebolla esté melosa. 


Trituramos con el medio vaso de caldo (o agua). Reservamos en un bol.

En la misma sartén, sin limpiarla ponemos los otros cuatro champiñones, sin el pie, con una pizca de sal y los cocinamos a fuego fuerte para que suelten el agua y de doren. 


Reservamos.

Seguimos en la misma sartén sin limpiar: añadimos una cucharada de aceite y freímos los filetes sazonados con sal y pimienta



Cuando estén dorados agregamos el cava y dejamos un minuto a fuego fuerte para que se evapore.

Ponemos la salsa triturada y los champiñones enteros y dejamos cocer a fuego suave un par de minutos; probamos de sal y rectificamos si es necesario.

Acompañamiento: admite muchas cosas, según vuestro gusto; a mí los platos de carne con salsa “me piden” arroz blanco, patatas fritas o incluso pasta.

Yo lo acompañé con ensalada de canónigos y lombarda con manzana, por lo de la bola, ya sabéis. 

Bueno y con una copita de cava ya que está abierto, jajaja.



martes, 1 de agosto de 2023

Sardinas (parrochas) al horno.


 

En mi casa somos muy fans de las sardinas; si son grandes las hacemos en la plancha (en verano en el jardín) y si son pequeñas, parrochas, las freímos. Siempre las acompañamos con una ensalada y, casi siempre, con una botella de sidra. Menú de lujo de verano.

Hoy las he preparado al horno y han quedado fantásticas; se hacen en pocos minutos, mientras preparas la ensalada están y, sinceramente, dejan menos “perfume” en la cocina. Además es una preparación más ligera que las frituras,.

Necesitamos por persona:

10/12 sardinas pequeñas, parrochas.

2 dientes de ajo.

Perejil.

1/2 limón.

1 cucharada de pan rallado.

Sal y aceite de oliva virgen.

Empezamos limpiando las parrochas: les cortamos la cabeza (como pedía insistentemente la reina en Alicia en el país de las maravillas: “que le corten la cabeza”) y sacamos todas las vísceras metiendo un dedo por el vientre; en la pescadería también lo hacen, si se lo pides. Las lavamos quitando todas las escamas.

En una fuente de horno, de tamaño proporcionado, ponemos una cucharada de aceite y la extendemos con una brocha de cocina; añadimos un poco de sal y los dientes de ajo picados.

Colocamos las parrochas, las salamos ligeramente, rociamos con el zumo de limón y un hilo de aceite.

Cubrimos con una capa ligera de pan rallado y horneamos a 180º, en horno precalentado, unos 10 minutos.

Sacamos y espolvoreamos el perejil picado.