viernes, 30 de noviembre de 2018

Pan con nueces y avellanas.



Un pan estupendo para tomar con dulce o con salado, con mermelada o con queso, con dulce de membrillo o con jamón cocido…con lo que queráis.




Necesitamos:
550 g de harina.
280 g de agua templada.
1 huevo pequeño.
10 g de sal.
90 g de avellanas tostadas y nueces.
15 de levadura fresca de panadería.
1 cucharada de miel.

Empezamos pesando todos los ingredientes.

Ponemos en un bol el agua templada y disolvemos en ella la levadura y la miel; batimos ligeramente el huevo y lo añadimos.

Ahora vamos poniendo la harina pasada por un colador y mezclada con la sal. Mezclamos bien y ponemos las avellanas y las nueces partidas en trozos no muy pequeños.

Sacamos del bol y amasamos bien; podemos poner algo más de harina si es necesario ya que todas no absorben igual; yo había puesto 500 g y tuve que añadir aproximadamente 50 g más, poco a poco.

Hacemos una bola y dejamos reposar hasta que leve; yo suelo meter el bol en el horno apagado.

Sacamos y amasamos muy suave para sacar el aire; hacemos un rulo del tamaño del molde donde lo vayamos a cocinar y dejamos nuevamente reposar, unos 30 minutos, aunque el tiempo depende de la temperatura ambiente.

Calentamos el horno a 200º, metemos el molde y lo dejamos hasta que esté bien dorado, el mío tardó 40 minutos.

Como veis en las fotos mi molde resultó un poco pequeño para esta masa, quizá por la cantidad de harina que tuve que añadir de más.

¡Y listo!

domingo, 25 de noviembre de 2018

Albóndigas en salsa de cebolla.


Los que me leéis de vez en cuando ya me habréis “oído” decir más de una vez que me gustan mucho los plato que se pueden hacer con antelación y después calentar cuando nos hacen falta.

Las albóndigas son uno de esos platos. Los puedes hacer el día antes o por la mañana pronto y después calentarlos despacito y disfrutarlos cuando llegas de trabajar o …de tomar el vermut, depende del día.



Necesitamos:
750 g de carne picada, 500 g de ternera y 250 g de cerdo.
2 cebollas.
2 ó 3 dientes de ajo.
1 huevo.
Unas ramas de perejil.
Miga de pan y leche.
Medio vaso de vino blanco.
1 cucharadita de harina.
Además sal, pimienta negra y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos pelando y picando las cebollas menudas.


Se pochan a fuego suave en 2 ó 3 cucharadas de aceite de oliva hasta que estén suaves y ligeramente doradas.

Ponemos la miga de pan a remojar en leche.

Ponemos la carne en un bol y añadimos la mitad de la cebolla pochada, el huevo, los dientes de ajo picaditos o machacados en el mortero, el perejil picado y la sal. Damos una vueltas para que se reparta bien.


Escurrimos bien la miga de pan y la añadimos junto con la pimienta. Damos unas vuelta y lo dejamos reposar para que la carne coja el sabor durante unos 30 minutos en la nevera.


Hacemos las albóndigas, mejor pequeñas; las mías pesaban aproximadamente 30/35 g (sí, lo confieso tuve la paciencia de ir cogiendo porciones de carne y pesándolas para hacerlas más o menos iguales).

Ponemos aceite en una sartén y las freímos, dándoles la vuelta para que queden doradas por todos los lados. Sacamos a un plato.


Quitamos la mayor parte del aceite de la sartén y ponemos la otra mitad de la cebolla que teníamos pochada. Añadimos una cucharadita de harina y la cocinamos para que pierda el sabor a crudo. 

Agregamos el vino y dejamos hervir un par de minutos para evaporar el alcohol.

Añadimos agua o caldo y dejamos cocer hasta que la salsa ligue bien, esté bien espesita.


Ponemos las albóndigas y el damos un hervor, un par de minutos, no necesitan más ya que todo estaba ya cocinado.

Yo las serví con un puré de patatas.

                                             ¡Y listo!

Esta receta la vi aquí, un blog que me gusta mucho y merece la pena echar un vistazo, bueno más de uno.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Crema de calabaza y langostinos.



Una crema caliente, nutritiva, con un rico sabor y con una textura suave es siempre una buena opción para la cena o para empezar una comida. 

Una pequeña ración servida en vaso y acompañada de un vino es un entrante o aperitivo que os ayuda a esperar el plato principal disfrutando.

El componente fundamental de esta crema es la calabaza y va acompañada de langostinos que, creo, la complementan muy bien.

Es fácil de hacer y económica, se puede hacer con antelación y terminar los langostinos y el pan frito en el último momento, nutricionalmente está equilibrada y además... está muy rica.





Necesitamos para la crema:
½ Calabaza cacahuete.
Dos patatas medianas.
½ cebolla mediana.
Dos dientes de ajo.
Dos langostinos grandes por persona.
Una rebanada de pan.

Para el caldo de pescado: las cabezas y caparazones de los langostinos, una espina de merluza, un trozo de cebolla y un chupito de brandy.

Además necesitamos: sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos haciendo el caldo.

Pelamos los langostinos y los reservamos; también las cabezas y los caparazones.

En una pota ponemos un poco de aceite, añadimos la cebolla, picada, las cabezas y los caparazones de los langostinos y sofreímos hasta que estén ligeramente tostados; agregamos la espina de la merluza y el brandy, dejamos que se evapore el alcohol; cubrimos con agua , ponemos sal y dejamos cocer despacio durante unos 15 minutos.

Machacamos bien las cabezas con la garcilla, para sacarles todo el sabor y colamos el caldo, que en este momento ya es un rico caldo con un gran sabor.

Mientras se hace el caldo pelamos y picamos la cebolla,los dientes de ajo, la calabaza y las patatas.

Ponemos en una cazuela y cubrimos con el caldo.

Dejamos cocer unos 15/20 minutos a fuego suave.

Trituramos y rectificamos de sal.

En una sartén con ½ cucharada de aceite hacemos los langostinos, dos minutos por cada lado o algo menos dependiendo del tamaño.

Freímos unos trocitos de pan hasta que estén crujientes y tostados.

Servimos la crema con los langostinos, el pan frito y unas gotas de aceite de oliva virgen extra.




                                           ¡Y listo!

martes, 20 de noviembre de 2018

Frittata de coliflor.



La frittata es una receta de origen italiano similar, que no igual a nuestras tortillas rellenas.

Se hace en una sartén al fuego pero se termina en el horno; el ingrediente que no puede faltar es el huevo pero podemos escoger y variar los otros, verduras, setas, quesos...


Necesitamos para dos:
Una coliflor pequeña.
3 huevos.
100 ml de leche, o nata ligera si lo prefieres.
80 g de queso; yo puse Idiazabal pero el que os guste.
Una aceitunas negras.
½  cucharadita de pimentón dulce.
Sal, pimienta negra y una cucharada de aceite de oliva virgen extra.



Empezamos cociendo la coliflor en ramitos no muy grandes; tiene que quedar bien cocida pero conservando un puntito crujiente; la mía tardó 10 minutos. La escurrimos y la ponemos en una sartén, sin aceite a calor suave para que pierda  el agua, para que se seque.

Batimos los huevos, añadimos la leche, la pimienta negra, el pimentón y la mitad del queso rallado. Batimos.

A esta mezcla agregamos la coliflor; si vemos que nos quedó algún trozo muy grande lo partimos.

En un recipiente que se pueda usar en el horno y en la vitro ponemos una cucharada de aceite y calentamos; ponemos la mezcla y dejamos que se cuaje por debajo.

Calentamos el horno, solamente calor fuerte por arriba.

Adornamos con las aceitunas y con el resto de queso que tenemos reservado y gratinamos hasta que acabe de cuajar y tenga un bonito color.


                                        ¡Y listo!

sábado, 17 de noviembre de 2018

Lomo de merluza relleno.




Esta es una receta muy sencilla y de éxito asegurado si contamos con una buena merluza fresca, una merluza del pincho del Cantábrico, por ejemplo.

Le pedimos al pescadero que nos quite la espina (la congelamos para hacer caldo) y nos saque los dos filetes;  cortamos dos trozos iguales, uno de cada filete.


El relleno debe ser al gusto de los comensales; yo en esta ocasión lo hice muy sencillo, para no robarle protagonismo al pescado.




Necesitamos para dos:
Un lomo de merluza, sin espina de 400/450 g.
Dos patatas medianas.
½ vaso de vino blanco.
Una cebolla, una zanahoria, 3 ó 4 tomates secos en aceite y perejil.
Además necesitamos sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos pelando las patatas y partiéndolas en rodajas de 1 centímetro de grosor, más o menos.

En un larguero de horno ponemos una cucharada de aceite, extendemos y colocamos las patatas con sal. Lo metemos al horno caliente, a 180º. Pasados unos 10 minutos echamos el vino blanco y dejamos hasta que al pincharlas con el tenedor no encontremos resistencia.

Mientras vamos preparando el relleno: picamos la cebolla y la zanahoria peladas y partidas pequeñas; en una sartén con dos cucharadas de aceite y un poco de sal las ponemos a pochar hasta que están hechas; picamos los tomates a trocitos.

Cuando las patatas están colocamos ½ lomo de merluza salado, el relleno y tapamos con el otro medio lomo.




Cortamos un trozo de papel de horno, del tamaño adecuado para tapar el larguero, lo mojamos con agua, lo arrugamos y tapamos el larguero. Esto hará que el pescado no se seque.

Volvemos a meter en el horno a 180º durante unos 15 minutos.

Espolvoreamos con perejil picado.





jueves, 15 de noviembre de 2018

Repollo (col) y langostinos.



Necesitamos:
Un repollo, nosotros lo cogimos de nuestra pequeñísima huerta. Hay que lavarlo bien, muchos "animalitos de dios" lo consideran su casa y/o su despensa; a cambio no tiene productos químicos, merece la pena.
Cuatro langostinos por persona.
Además unos dientes de ajo, 3 ó 4 pimientos del piquillo, una cucharada de harina, aceite de oliva y sal.


Empezamos: cocemos el repollo bien limpio y partido en abundante agua con sal.


Quitamos la cabeza y el caparazón de los langostinos y con eso hacemos un poco de caldo (fumet). Ponemos en un cazo un poco de aceite y sofreímos las cabezas y caparazones, añadimos agua y dejamos cocer unos 15 minutos. Colamos y reservamos.

Hacemos un sofrito con los dientes de ajo y los pimientos del piquillo asado en trocitos; añadimos un poco de harina, la cocinamos durante un par de minutos y añadimos el fumet colado, dejamos cocer la salsa.

Mezclamos esta salsa con el repollo, escurrido, y dejamos que se haga todo junto, muy despacio 2 ó 3 minutos.

Aparte, en una sartén con muy poco aceite freímos ligeramente los langostinos, dos minutos por cada lado, aunque el tiempo depende del tamaño.

Yo los langostinos los puse directamente en el plato, al servir, sin mezclar previamente con el resto de ingredientes; el sabor lo coge el repollo del fumet, y así los langostinos no se hacen demasiado.

¡Y listo!

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Pan con chocolate.




Otra versión, otro acabado un poco diferente al que hoy os enseño pero el pan con chocolate fue una merienda muy habitual para toda una generación, esa generación a la que pertenezco y que ya peinamos, o teñimos, canas.




Necesitamos:
400 g de harina de fuerza.
120 g de agua tibia.
100 g de leche tibia.
Levadura fresca de panadero 10 g.
10 g de sal.                             
1 cucharada de azúcar.
2 charadas de cacao puro.
Chocolate, 4 pastillas de chocolate de postres.

Empezamos preparando todos los ingredientes, pesándolos.

Mezclamos el agua tibia con la levadura y disolvemos bien.

Aparte hacemos una mezcla homogénea con la harina, el azúcar y la sal.

Unimos las dos mezclas y amasamos durante unos 5 minutos. Dejamos reposar otros cinco minutos y volvemos a amasar; así amasando y descansando durante 3 veces. Hacemos una bola con la masa.

Dejamos reposar la masa en un bol, untado ligeramente con aceite, hasta que aumente de tamaño; dependiendo de la temperatura de la cocina tardará más o menos tiempo. Una buena idea es meterla en el horno apagado y cubierta con un paño de algodón. Al cabo de 1 hora habrá crecido.

Sacamos y amasamos suavemente; la dividimos en trozos de igual peso yo los hice de 80 g aproximadamente.

Extendemos cada trozo de masa y ponemos ½ pastilla de chocolate, partida en trocitos y volvemos a formar la bola, dejando el chocolate dentro.

Los ponemos en la bandeja del horno cubierta con papel y dejamos reposar de nuevo hasta que vuelvan a aumentar.


Calentamos el horno a 200ºC.

Antes de meterlos en el horno los espolvoree con un poco de cacao puro.

Los cocemos durante unos 25 minutos, hasta que estén bien dorados.


                                               ¡Y listo!

viernes, 9 de noviembre de 2018

Crema de castañas y chocolate.




Estamos en un buen momento para degustar las castaña, un fruto típico del otoño que nos sirve tanto para preparaciones dulces como para guarniciones e incluso platos de cuchara.


No es un postre ligero ¡solo hay que ver los ingredientes! pero una pequeña cantidad después de una comida no muy copiosa es un auténtico placer.



Necesitamos para cuatro:
250 g de castañas peladas.
140 g de chocolate.
60 g de azúcar moreno.
100 ml de nata para montar.
Un poco de leche.
30 g de mantequilla.
Una pizca de sal.

Empezamos quitando a las castañas la cáscara exterior y poniéndolas a cocer en agua con una pizca de sal. A los 15 minutos aproximadamente apagamos y dejamos templar. Antes de que se enfríen las pelamos quitándoles la piel fina que tienen. Mientras estén calientes es más fácil.

Las ponemos en una cazo con la leche, que las cubra ligeramente y las dejamos cocer dándoles vueltas para que se terminen de cocer y absorban la leche. Trituramos.

En un bol ponemos el chocolate y el azúcar. Calentamos la nata y antes de que hierva la vertemos en el bol y damos vueltas para que se disuelvan.  Cuando está bien disuelto todo agregamos el puré de castañas y revolvemos hasta conseguir una mezcla homogénea.

Lo servimos en copas y dejamos reposar en el frigorífico unas horas antes de servirlos.


                          ¡Y listo, a disfrutar!