domingo, 31 de octubre de 2021

Potaje de salmón con alcachofas.


 

Hoy os dejo la receta de uno de esos potajes a los que yo soy tan aficionada. 

En este tipo de platos me parece que todo son ventajas: son sabrosos, muy equilibrados porque llevan un poco de muchas cosas, se adapta al gusto de, por lo menos, quien lo cocina, sirve para aprovechar pequeñas cantidades de productos que por sí solos no son suficientes para una receta, se pueden hacer anticipadamente y calentar…

Las cantidades que os pongo son para una o dos raciones dependiendo de si es plato único o no pero seguro que podéis adaptarla a vuestras necesidades.



Necesitamos:

Ajos, 2 dientes, 1/2 cebolla y 1/2 pimiento verde o rojo.

Patata, 1 grande o dos medianas, 2 ó 3  zanahorias, 6 champiñones y  6 alcachofas.

Salmón, limpio, unos 180 gramos.

Aceite de oliva virgen, sal y cúrcuma (o pimentón o azafrán).

Empezamos preparando todos los ingredientes: pelamos y picamos los dientes de ajo, la cebolla y el pimiento. Con todo esto, dos cucharadas de aceite y sal hacemos un sofrito a fuego bajo.

Pelamos la patata y la zanahoria, picamos.

Limpiamos los champiñones y los partimos en trozos más bien grandes.

Quitamos la piel y las espinas al salmón y lo partimos en tacos de tamaño de bocado.

Cuando el sofrito esté blando, sin llegar a coger color añadimos la patata (cortada de forma irregular), los champiñones y la zanahoria. Ponemos la cúrcuma o un poco de pimentón o unas hebras de azafrán, al gusto; damos unas vueltas y agregamos agua que lo cubra ligeramente.

Dejamos hervir despacio unos 10 minutos.

Ponemos las alcachofas; yo las uso congeladas, de pequeño tamaño, que se hacen en ocho o nueve minutos. Si son en conserva se ponen más tarde ya que necesitan poco tiempo.

Probamos que todo está bien hecho y bien de sal.

Ponemos los taquitos de salmón, dejamos hervir un par de minutos y apagamos.

Dejamos reposar antes de servir.


¿Comemos o qué?

jueves, 21 de octubre de 2021

Chipirones en salsa de vino tinto.


 


Esta receta es muy similar a “los chipirones en salsa de cebolla” pero al cambiar el vino blanco por tinto cambia el color, el sabor y el aroma, le da un aire nuevo y quedan muy ricos.

Combinan muy bien con el arroz blanco que se puede hacer a la vez por lo que toda la receta no llevará demasiado tiempo. Aunque con patatas fritas…decidid vosotros.

Si la hacéis con chipirones congelados es un plato realmente económico. También se puede hacer con calmares aunque aquí los tiempos de cocinado habría que ajustarlos.

Yo los acompañé con una ensalada de canónigos y apio rallado, en conserva.

Necesitamos para dos:

12 chipirones. Es una cantidad orientativa: depende del tamaño, si son muy grandes o muy pequeños, también depende del comensal, con más o menos apetito. Yo os pongo la cantidad que yo puse.

2 dientes de ajo.

1 cebolla mediana.

1 pimiento verde, no muy grande.

1 tomate maduro.

½ vaso de vino tinto.

Aceite de oliva virgen y sal.

Empezamos limpiando los chipirones que es la parte de la receta que más tiempo lleva; los vaciamos, lavamos bien por dentro, no es necesario quitarles la piel y conservamos los tentáculos.

Picamos, los ajos, la cebolla, el pimiento y el tomate pelado; reservamos.

En una cazuela amplia donde quepan todos los chipirones sin amontonarse ponemos dos cucharadas de aceite; cuando esté caliente los ponemos, solamente el tiempo necesario para que cambien de color, apena un minuto por cada lado.

Los sacamos a un plato y reservamos.

En la misma cazuela, sin limpiar, vamos poniendo el ajo, la cebolla y el pimiento; salamos y dejamos tres o cuatro minutos hasta que empiecen a ablandar.

Añadimos el tomate, cocinamos un par de minutos y agregamos el vino; cuando se evapore el alcohol tapamos y cocinamos a fuego suave entre 15/20 minutos, aproximadamente.

Ya tendremos una salsa espesa y suave. Si no os gusta encontrar trozos, en este momento la pasáis por la batidora (yo, confieso, que no lo hice porque no me molestan los trozos y…no quería tener que limpiar la batidora: esto último que quede entre nosotros, jajaja)

Trituremos o no la salsa es el momento de volver a poner los chipirones, con el caldo que hallan soltado.

Seguimos cocinando a fuego suave unos tres o cuatro minutos, depende un poco del tamaño pero no más, porque endurecen. Probamos de sal.



¿Comemos o qué?

jueves, 14 de octubre de 2021

Potaje de otoño.


Este potaje es muy sencillo y admite muchas variaciones, adaptándolo a vuestro gusto. Por eso no os pongo cantidades.

Se puede quitar lo que no os agrade o no tengáis a mano, poner más de otras verduras, añadir castañas cocidas, coles de Bruselas... ¡imaginación al poder!


Necesitamos:

2 dientes de ajo.

1 cebolla mediana.

½ pimiento verde o rojo.

Zanahorias, calabaza, patatas, alcachofas y champiñones.

¼ cucharadita de curri.

1 cucharada de salsa de tomate.

Aceite de oliva virgen y sal.

Empezamos poniendo en una olla dos cucharadas de aceite con los ajos picados; antes de que cojan color ponemos la cebolla y el pimiento; sofreímos despacio cinco o seis minutos.

Añadimos las zanahorias, la calabaza y las patatas; dejamos que se cocine tres o cuatro minutos dándole vueltas de vez en cuando.

Ponemos la salsa de tomate y el curri.

Cubrimos con agua, solamente un dedo por encima de las verduras para que no quede muy caldoso. Salamos.

Limpiamos bien los champiñones, sin mojarlos, los partimos en trozos grandes y los añadimos a la olla cuando empiece a hervir.

Dejamos cocer despacio unos 20 minutos y agregamos las alcachofas. Si son de bote o congeladas tardarán poco si son frescas ponerlas antes porque tardan más.

Seguimos cociendo unos minutos más hasta que todo está tierno.



¿Comemos o qué?

sábado, 9 de octubre de 2021

Bocadillo templado de berenjena asada y champiñones.


Cenar un bocadillo no es, ni mucho menos, una mala solución para tomar un plato rápido de hacer y, además saludable, completo, nutritivo.

Un bocadillo, voy a descubrir América con este comentario, no es otra cosa más que dos rebanadas de pan con "algo" dentro. 

Y dependiendo de la calidad de las rebanadas del pan y de lo que pongamos entre ellas puede ser un plato espectacular u otra cosa.

Hoy os propongo un bocadillo con berenjena asada, champiñones al ajillo y huevo a la plancha ¡hala! ahí queda eso. Con una ensalada y, en mi caso, una cerveza fría: menú perfecto.



Necesitamos para un bocadillo:

Pan,

½ Berenjena asada.

6 champiñones.

1 diente de ajo.

1 huevo.

Aceite de oliva virgen y sal.

Empezamos asando las berenjenas*; las abrimos a lo largo a la mitad, hacemos unas incisiones con el cuchillo, las untamos ligeramente con aceite con una brocha y las asamos a 170/180º hasta que estén asadas (dependiendo del tamaño tardarán más o menos)

La dejamos enfriar y las vaciamos, sacando toda la carne. La troceamos. Reservamos.

Limpiamos los champiñones; picamos el diente de ajo. En una sartén ponemos una cucharada de aceite y el ajo; antes de que coja color añadimos los champiñones partidos, sal y dejamos que se cocinen durante nueve o diez minutos.

Cuando los champiñones estén en su punto agregamos la berenjena asada para que se mezclen y se caliente.

En una sartén o en la plancha ponemos otra cucharada de aceite y hacemos el huevo a la plancha intentando que no se cuaje la yema. 

Ponemos unas piedritas de sal encima.

Ya solo nos queda montar el bocadillo: podemos tostar el pan o dejarlo tal cual. Ponemos una buena capa de berenjena y champiñones, encima el huevo.

*Cuando asemos berenjenas conviene llenar el horno para aprovechar mejor la energía que consumimos. Después podemos hacer berenjenas rellenas, paté veganos o cualquier otra preparación. 

O mezclar las berenjenas con pimientos, cebollas, ajos...y hacer una maravillosa ensalada.



¿Comemos?


miércoles, 6 de octubre de 2021

Alubias blancas con alcachofas.


Empieza a hacer fresquito y ya apetecen los platos de cuchara. Hoy unas alubias blancas, en concreto una variedad que llaman “manto de la virgen” que no son típicas de Asturias pero yo las probé el año pasado, nos gustaron así que las sembramos, se adaptaron bien a estas tierras y han sido unas plantas muy generosas.

Las acompañé con unas alcachofas, en este caso congeladas y con un huevo cocido ¡para chuparse los dedos!

Es un plato que puede hacerse de un día para otro y calentar, ya que con el reposo gana.



Necesitamos para dos:

200 gramos de alubias.

12 alcachofas pequeñas o 6 más grandes.

¼ de pimiento verde.

¼ de pimiento rojo.

1 cebolla mediana.

Una hoja de laurel.

1 diente de ajo.

Aceite de oliva virgen y sal.

Empezamos lavando las alubias bajo el chorro de agua fría; las ponemos en un bol y las cubrimos con agua; todo esto la noche anterior a cocinarlas.

Por la mañana en una pota de tamaño proporcionado a las cantidades ponemos dos cucharadas de aceite con el pimiento rojo y verde y la cebolla picado todo en trozos. Los dejamos dos o tres minutos para que se sofrían un poco.

Agregamos las alubias escurridas y la hoja de laurel, cubrimos de agua y ponemos a cocer despacio hasta que estén tiernas.

Importante: que siempre estén cubiertas de agua para evitar que suelten la piel y sin sal.

Si no os gusta encontrar las verduras, ponerlas a cocer en trozos grandes para poder sacarlas con facilidad, triturarlas y añadirlas así al guiso.

Mientras en una sartén ponemos otras dos cucharadas de aceite con el diente de ajo picadito; antes de que coja color añadimos las alcachofas y dejamos que se cocinen. Si usáis alcachofas en conserva con dos o tres minutos será suficiente, si son congeladas necesitan algo más, cinco o seis minutos.

Cuando la alubias estén cocidas añadimos el contenido de la sartén y la sal. Dejamos que hierva despacio unos cinco minutos más.

Probamos de sal y rectificamos si hace falta. Ponemos el huevo cocido en trozos.

Dejamos reposar antes de servir.



¿Comemos o qué?

domingo, 3 de octubre de 2021

Ensalada de zanahorias asadas y granada.


Esta ensalada o acompañamiento es perfecta para tomar con un asado de carne, cordero, pollo, conejo... lo que os guste.

El aroma del romero, el dulzor de las zanahorias asadas, la jugosidad de la granada y el crujiente de las nueces hacen de este sencillo plato un gusto para los sentidos.

Además nutricionalmente es muy completa y equilibrada.

Últimamente encender el horno se está convirtiendo, debido al precio de la electricidad, en un pequeño-gran lujo. Por eso si vais a hacer algo en él os recomiendo aprovechar el calor para hacer otra preparación y no tener que usarlo con tanta frecuencia.

Si no queréis usar el horno esta receta también se puede hacer cociendo las zanahorias; después las salteáis en una sartén con el aceite.



Necesitamos:

Zanahorias.

2 ó 3 dientes de ajo.

Unas nueces.

½ granada.

Aceite de oliva virgen extra de romero*

Sal.

Empezamos pelando las zanahorias, quitando los extremos y partiéndolas al medio de forma que nos queden bastones gruesos.

Las ponemos en una fuente de horno embadurnas un aceite. Las salamos y asamos, a 170/180º, hasta que al pincharlas estén tiernas pero ¡que no se rompan!

Si lo preferís las cocéis en agua con sal; cuando estén tiernas las escurrís y secáis.

En una sartén donde quepan sin amontonarse ponemos dos cucharadas de aceite, los ajos pelados y enteros y una ramita de romero. Freímos.

Antes de que los ajos se doren mucho ponemos las zanahorias y a calor fuerte las dejamos unos minutos para que se tuesten un poco por fuera.

Las pasamos a una fuente y añadimos los granos de granada y unas nueces.

Adornamos con unas cañitas de romero y servimos.

*aceite de romero: es muy fácil de hacer en casa y nos sirve para las ensaladas y para los asados de carne.

Limpiamos muy bien y secamos perfectamente un tarro, botella o táper que cierre bien. Lavamos unas cañas de romero fresco, las secamos y  las metemos en el recipiente elegido. Cubrimos con aceite de oliva virgen extra. Tapamos y lo guardamos en un sitio oscuro y fresco durante al menos un mes para que coja bien el sabor. Después ya a disfrutar.



¿Comemos o qué?

viernes, 1 de octubre de 2021

Tortilla de verduras.



No sé que tienen las tortillas pero, creo, que un plato que gusta a todo el mundo; frías o calientes, guisadas con salsa, rellenas, con verduras, con pescado, con chorizo… con casi, casi cualquier cosa ¿qué me decís de la tortilla de patatas? Yo con cebolla.

La de hoy es una tortilla de aprovechamiento para “terminar” con esas verduras que te quedan en el cajón del frigo y no son suficientes por separado para hacer un plato pero todas juntas sí.

Yo le puse un cuarto de cucharilla de cúrcuma que, además de otras propiedades, le dan un bonito color.



Necesitamos:

4 huevos, de gallinas felices. Si lo miramos bien la diferencia de precio entre los huevos de gallina de jaula y huevos de gallina campera no es tan grande y la diferencia merece el esfuerzo.

1 calabacín mediano.

1 berenjena.

2 zanahorias.

1 cebolla mediana.

1 pimiento verde italiano.

2 dientes de ajo.

3 ó 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y sal.

Empezamos preparando las verduras.

Pelamos los dientes de ajo, la cebolla, el pimiento, el calabacín, la berenjena, las zanahorias y lo picamos.

La berenjena la dejamos en un escurridor con un puñado de sal gorda mientras cocinamos las demás verdura, para que pierda amargor.

Las zanahorias conviene partirlas primero en bastones y después en trocitos pequeños para que se cocinen bien.

Ponemos en una sartén el aceite y vamos poniendo por este orden: primero el ajo, la cebolla, el pimiento y las zanahorias, con un poco de sal y a fuego suave dejamos que ablanden, entre 10 y 15 minutos.

Agregamos la berenjena, después de lavarla para quitarle la sal y el calabacín; dejamos que siga cocinándose.

Batimos los huevos, añadimos la cúrcuma.

Cuando toda está mezclamos y cuajamos la tortilla.



¿Cocinamos o qué?