domingo, 30 de junio de 2019

Ensalada de coliflor.



Aunque por aquí, el norte de España, no nos sofoca mucho el calor ya que tenemos “contratadas” unas lindas nubes grises que nos tapan el sol casi, casi todos los días del año, apetecen igualmente las ensaladas.


No os pongo cantidades ya que depende el número de comensales; tampoco consideréis estos ingredientes como los únicos posibles, quitad y poned a vuestro gusto, eso es lo bueno de las ensaladas que se pueden adaptar sin problema.



Necesitamos:
Coliflor.
Zanahorias.
Nueces.
Tomates secos en aceite.
Aceitunas negras.
Sal y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos separando los ramilletes de coliflor, la lavamos y cocemos en agua hirviendo con sal hasta que los tallos estén tiernos pero con un puntito crujiente.

Cocemos igual  las zanahorias, en bastones o en rodajas.

Escurrimos y ponemos en un larguero; antes de que se enfríen las sazonamos con aceite de oliva.

Agregamos las aceitunas, las nueces y los tomates secos, partidos en dos.



                                             ¡Y listo!



jueves, 27 de junio de 2019

Bizcochitos de cerezas.


¡No hay quien se resista a estos pequeños bizcochos con trozos de jugosa y dulce cereza!

Son ideales para el postre o para el desayuno.



Necesitamos para cuatro recipientes*:

12/16 cerezas.
1 huevo.
35 g de azúcar.
35 g de harina.
100  ml de nata líquida.
Un trocito de mantequilla para engrasar los moldes.

Empezamos engrasando los moldes y poniendo a calentar el horno a 160º.

Lavamos y deshuesamos las cerezas; yo simplemente las parto 3 ó 4 trozos si son grandes o al medio si son más pequeñas. Colocamos tres o cuatro cerezas en cada molde engrasado.

Batimos el resto de los ingredientes: huevo, azúcar, harina y nata.

Repartimos la mezcla en los moldes y horneamos hasta que al pincharlos veamos que están cuajados, entre 15/20 minutos.

Cuando salen del horno están muy subidos pero al enfriar bajan.

*yo utilicé remenquines 



                                              ¡Y listo!

domingo, 23 de junio de 2019

Arroz con acelgas y bacalao.


Es raro encontrar a alguien al que no le guste el arroz. Combina bien con casi todo y, en esta ocasión, lleva acelgas y bacalao que hacen un plato muy completo.




Necesitamos para dos:
200 g de arroz.
Un manojo de acelgas.
½ cebolla.
2 ó 3 dientes de ajo.
2 zanahorias.
½ vaso de vino blanco.
2 tajadas de bacalao desalado.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal.

Empezamos poniendo el bacalao a desalar. Lavamos las tajadas y las ponemos en agua fría en la nevera. Dependiendo que tamaño usemos necesitará más o menos tiempo; yo tuve los lomos 48 horas y les cambié el agua tres veces.

Ponemos el bacalao desalado en una cazuela cubierto de agua fría, al fuego, cuando empiece a hervir apagamos y dejamos templar sin sacarlo. Así el bacalao quedará cocinado y el agua unos servirá de caldo para el arroz.

Mientras lavamos muy bien las acelgas, desechamos las pencas y picamos la parte verde.

Colamos el caldo y separamos el bacalao en lascas; quitamos las espinas si las tiene.

En una cazuela baja y plana o en una paella ponemos 2 ó 3 cucharadas de aceite y sofreímos los dientes de ajo, las zanahorias y la cebolla todo picado menudo a fuego suave.

Añadimos el arroz, mezclamos y dejamos que se sofría.

Agregamos el vino blanco, dejamos un minuto que se evapore el alcohol, ponemos las acelgas y el caldo caliente.

Dejamos cocer 15/18 minutos; probamos de sal y añadimos si hace falta; el caldo del bacalao suele estar “animado” así que ¡cuidado!

Cuando ya casi está hecho lo cubrimos con las lascas de bacalao, apagamos, tapamos la cazuela y dejamos reposar 4 ó 5 minutos.


                                        ¡Y listo!

jueves, 13 de junio de 2019

Tomates rellenos de garbanzos.




Una sencilla receta con garbanzos y con verduras para que resulte más fácil comer legumbres cuando el tiempo ya no está tan frío.

Necesitamos tener los garbanzos cocidos y después terminar el plato será un momento. Además se pueden hacer cuantas variaciones se os ocurran, yo hice un sofrito muy sencillo pero con ¿pimiento rojo y/o verde, calabacín, aceitunas…?  ¿con un poquito de panceta, jamón…?


Necesitamos:
Garbanzos cocidos.
Tomates.
Zanahorias, cebolla, ajos.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal.

Empezamos cociendo los garbanzos; la noche anterior los ponemos a remojo y los cocemos con ½ cebolla y una o dos zanahorias enteras hasta que estén tiernos.

Mientras hacemos un sofrito con la otra media cebolla, unos dientes de ajo, una zanahoria pelada y partida muy menuda. Dejamos que se sofría en dos cucharadas de aceite.

Pelamos los tomates y los vaciamos, reservando todo lo que saquemos y cuando la cebolla esté transparente lo agregamos.

Dejamos que todo se cocine; añadimos los garbanzos escurridos, subimos el fuego y dejamos que todo se sofría.

Rellenamos los tomates.

¡Y listo!

lunes, 10 de junio de 2019

Pastel de verduras y nueces.



Para empezar la semana os propongo un plato muy completo con verduras y nueces. Puede ser una cena o el acompañamiento de un plato de carne, pescado o huevos.

Las verduras nos proporcionan todo un coctel de vitaminas, minerales, fibra…

También lleva un poco de bechamel, harina, aceite y leche, que nos aporta hidratos de carbono y grasa.

Y, por último, frutos secos en concreto nueces aunque se puede cambiar por avellanas o pistachos.


Necesitamos:
1 calabacín mediano.
300 g de judías verdes.
1 cebolla.
2 ó 3 dientes de ajo.
2 tomates maduros.
Salsa bechamel: harina, leche y aceite de oliva virgen.
2 cucharadas de pan rallado.
6 u 8 nueces.
Aceite de oliva virgen extra y sal.

Empezamos poniendo en una cazuela baja dos o tres cucharadas de aceite; pelamos y picamos los dientes de ajo y la cebolla y, a fuego lento dejamos que se fría hasta que la cebolla esté transparente.

Mientras lavamos bien el calabacín y lo partimos en rodajas finas con mandolina o a cuchillo (con o sin piel); pelamos los tomates y los partimos a trocitos.

Quitamos los extremos a las judías verdes, las partimos en bastoncitos y las escaldamos durante dos o tres minutos en agua hirviendo con sal. Deben quedar con un puntito crujiente y, dependiendo de la calidad tardarán más o menos.

Cuando la cebolla esté blanda añadimos las rodajas de calabacín y el tomate, salamos, tapamos la cazuela y dejamos que se cocine todo junto con su propio jugo, sin agregar nada de caldo.

Preparamos una salsa bechamel más bien ligera, no muy espesa. Yo la hago con aceite de oliva pero podéis usar mantequilla si os gusta más.

Cuando el calabacín está cocinado, blando pero sin exagerar ponemos la mitad en una fuente de horno bien extendido, encima la mitad de las judías verdes, cubrimos con la mitad de la bechamel, otra capa de sofrito de calabacín y de judías verdes, cubrimos con el resto de bechamel.

Ponemos una ligera capa de pan rallado y las nueces partidas en cuartos.

Calentamos el horno y dejamos hasta que el pan esté tostado y las nueces crujientes.




                                           ¡Y listo!