miércoles, 22 de febrero de 2017

Salsa de almendra con pechuga de pollo.




Una salsa realmente buena, capaz de convertir unos sencillos filetes de pollo a la plancha en un plato sabroso y muy apetecible. Así que pensando en esto decidí que el título de la receta tenía que poner delante la salsa, ponerla en valor; la pechuga acompaña a la salsa y no al revés.

La salsa es similar a la que se hace para la receta de gallina en pepitoria, receta ya en desuso, supongo que hasta que un@ cociner@ con muchas estrellas la vuelva a poner de moda.


Necesitamos para dos personas:
½ pechuga de pollo en filetes finos.
Para la salsa:
Una cebolla.
2 dientes de ajo.
La yema de un huevo cocido.
2 cucharadas de almendra molida.
Un sobre de azafrán.
Aceite de oliva virgen extra y sal.

Empezamos pelando y partiendo la cebolla.

Ponemos en una sartén dos cucharadas de aceite y sofreímos lentamente la cebolla sin que llegue a tomar color; añadimos los dientes de ajo picaditos y freímos.

Ponemos la yema de huevo cocido bien machacada.

Agregamos un poco de agua, sal y el azafrán tostado y dejamos hervir unos segundos; ahora ponemos la almendra molida. Os recomiendo ir añadiéndola poco a poco para conseguir el espesor deseado, tened en cuenta que espesará algo más al reposar.

Probamos de sal, rectificamos si es necesario y listo.

Esta salsa tiene una textura muy suave pero se notan los trocitos de cebolla, si os gusta más podéis triturarla.

¡Ah! Me olvidaba: salpimentáis los filetes de pollo y los hacéis a la plancha.




Con una ensalada o unas verduras hervidas tenéis una cena perfecta, de lujo.

Con esta receta participo en el reto de febrero de Color y sabor de Temporada.

viernes, 17 de febrero de 2017

Estofado flamenco.




                        Esta receta es un plato tradicional de la cocina belga.

Es un guiso que se cocina lentamente, con calma, con tiempo, mejor de un día para otro para que repose y los sabores se concentren. 

Da un poco de trabajo hasta que está “en marcha” después solo es echar un vistazo de vez en cuando, mover un poquito la cazuela, agregar algo de caldo si hace falta, probar de sal…y dejar que se haga. El resultado es espectacular: un guiso sabroso, tierno, suave.




Necesitamos:
½ kg. de morcillo de ternera.
2        ó 3 cebollas dependiendo del tamaño, cortada en juliana.

1         rebanada de pan de hogaza.
Cerveza suficiente para cubrir bien la carne.
1/2 cucharada sopera de harina.
1 cucharadita de azúcar moreno.
1 hoja de laurel.
1 cucharada de mantequilla.
2 cucharadas de aceite de oliva.
Caldo de carne.
Mostaza, para untar un poco la rodaja de pan.
Sal.

Para el caldo yo usé unas verduras (zanahoria, puerro, apio) y unos huesos de caña. 

Empezamos poniendo de una cazuela proporcionada a las cantidades el aceite de oliva a calentar; añadimos la carne cortada en trozos y adobada con sal y pimienta negra y la sellamos. La sacamos para un plato cuando esté dorada.

Agregamos a la cazuela  la mantequilla y la cebolla y dejamos sofreír durante unos minutos, 4 ó 5.

Volvemos a poner la carne, la cucharadita de azúcar moreno y la cucharada de harina; revolvemos para que la harina se fría.

Cubrimos con cerveza y ponemos la hoja de laurel.

Tapamos la cazuela y cuando empiece a hervir ponemos la rebanada de pan untada con mostaza encima de la carne. 

Dejamos cocer a fuego suave; vamos añadiendo caldo cuando haga falta para que el guiso esté siempre cubierto.

Después de un par de horas la carne ya estará tierna. Si la salsa está muy ligera destapamos la cazuela y dejamos cocer así para que la salsa espese. Al llevar el pan y después de una cocción lenta y prolongada la salsa estará en su punto.

Este plato se sirve con patatas fritas. Si lo acompañáis con una ensalada tendréis un plato único completo.


 ¡Listo!




martes, 14 de febrero de 2017

Repollo con mejillones.



¡Lo sé! ¡Lo sé! Hoy es San Valentín y todos los blog están llenos de corazones  de fresa y chocolate, de cosas muy ricas y dulce. 

Y voy yo y preparo… repollo; este plato no es romántico pero os aseguro que ENAMORA.





Necesitamos por ración:

Repollo, unos 200g.
Mejillones, 500g con cascara.
Unos dientes de ajo, ½ pimiento rojo, ½ pimiento verde.
Aceite de oliva virgen extra y sal.


Empezamos  poniendo agua, con sal a hervir. Picamos y lavamos bien el repollo. Lo cocemos unos minutos hasta que está tierno.

Mientras limpiamos los mejillones y los abrimos al vapor; los sacamos de la cascara y reservamos con un poco del caldo que suelten, colado.



Ponemos en una sartén o en una cacerola 2 ó 3 cucharadas de aceite y freímos los dientes de ajo picados; cuando tomen un poco de color añadimos los pimientos partidos en trozos.



Dejamos que todo se sofría un poco y agregamos los mejillones, revolvemos.


Añadimos el repollo cocido y escurrido. 

Juntamos todo y lo dejamos unos minutos a fuego suave.




                                                                              ¡listo!