jueves, 30 de marzo de 2017

Albóndigas al horno, con salsa de espárragos.




Tengo que confesar mi pasión por las albóndigas, así de claro: me gustan las albóndigas. De carne, de pescado, de verdura...

Siempre, claro está que cumplan unos mínimos. Las de carne tienen que tener carne de buena calidad y estar recién picada delante de mí. Tienen que tener una salsa rica y ligera, nada grasienta. Y tienen, por último que tener un acompañamiento de verduras.

Esta receta cumple completamente estos requisitos. Y tiene un extra: es la primera vez que hago unas albóndigas sin rebozar en harina y sin freír ¡están hechas en el horno!

Leí hace tiempo una receta en un blog que las hacía en el horno y me pareció una idea estupenda; como no tuve la precaución de apuntar en que blog las vi, solamente me quedé con la idea no os puedo decir que blog era, pero no fue idea mía.





Necesitamos para las albóndigas:


400 g de carne picada, de ternera o mezcla de ternera y cerdo, a vuestro gusto.


Para adobar la carne: 1 cebolla grande, 1 huevo entero, pimienta negra, una rebanada de pan sin corteza, leche y sal.

Compramos carne, para guisar, de buena calidad y pedimos que nos la piquen, o lo hacemos en casa si tenéis una picadora.

Picamos la cebolla menuda y la sofreímos despacio; cuando esté blanda pero sin dorarse la sacamos a un colador para escurrir bien el aceite. Dejamos enfriar.



A la carne le añadimos un huevo entero, la mitad de la cebolla frita, la miga de pan empapada en la leche y escurrida, sal y pimienta negra; revolvemos hasta hacer una masa homogénea.

 
Formamos las albóndigas y las ponemos en una fuente de horno (que habremos pintado con una cucharada de aceite).






Las metemos en el horno a 180º durante unos 10 minutos.







Aprovechamos para ir haciendo la salsa.

Necesitamos: la cebolla sofrita que hemos reservado y un manojo de espárragos verdes.

Quitamos la parte final y dura de los espárragos, que desechamos. Lavamos bien y partimos en trocitos como de un centímetro, menos las puntas que la dejamos un poco más grandes para adornar.

En una sartén ponemos una cucharada del aceite, que hemos usado para freír la cebolla, y los espárragos; sofreímos durante dos o tres minutos, añadimos la cebolla que habíamos reservado y un poco de agua; dejamos cocer despacio durante unos minutos hasta que los espárragos empiecen a estar blandos.

Sacamos las albóndigas del horno, cubrimos con la salsa y las puntas de los espárragos; volvemos a meter al horno unos cinco minutos más.





                                           ¡Y listo!