domingo, 28 de febrero de 2021

Magdalenas de calabaza y chocolate.

 



Estas magdalenas, además de tener un precioso color, son muy esponjosas, tiernas y jugosas; son nutritivas, no tienen mucho azúcar y el toque del chocolate las hace irresistibles. Si no me creéis ¡probadlas!

Con estas cantidades hice 12 de unos 55 gramos cada una (a la foto no llegaron todas, jajaja).

 

Necesitamos:

185 g de calabaza asada.

2 huevos.

90 g de azúcar.

215 g de harina. 

½  sobre de levadura química.

70 g aceite.

50 g de leche.

Pizca de sal.

Chocolate negro, una barrita de 25 gramos,  para el adorno.

 

Empezamos asando la calabaza: la partimos y la ponemos en el horno a 180º durante unos 45 / 50 minutos. Dejamos templar y pelamos (la piel sale con mucha facilidad)

También podemos pelarla antes de asarla y poner trozos grandes; pinchamos con una brocheta para comprobar que está.

Yo tengo varios paquetes en el congelador porque conviene aprovechar para llenar la bandeja cuando asas.

En el vaso de la batidora ponemos los huevos, la sal, los trozos de calabaza asada, la leche y el aceite; batimos hasta conseguir una masa uniforme. Lo sacamos para un bol.

Mezclamos la harina y la levadura, lo pasamos por un colador y lo vamos añadiendo al bol, en tres o cuatro tandas no todo a la vez.

Calentamos el horno a 200º y mientras rellenamos las cápsulas de papel hasta ¾ de su capacidad.

Ponemos las cápsulas en moldes de silicona o metálicos para que conserven la forma.

Rallamos el chocolate y ponemos un poco encima de cada magdalena.

 Metemos en el horno y bajamos la temperatura a 180º.

Dependiendo del tamaño de los moldes tardarán un poco más o menos, entre 15/20 minutos.

Dejamos enfriar.

 


Y listo ¿comemos o qué?


jueves, 25 de febrero de 2021

Puré de manzana con jengibre y canela.


Una compota de manzana con el toque diferente que le da el jengibre y la canela, más el ácido de la manzana y el limón.

Respecto al jengibre, si no lo habéis utilizado nunca hacerlo con prudencia; aporta un aroma cítrico muy agradable, con un puntito picante. Yo lo uso con frecuencia, en purés, salsas o bizcochos.

La canela también aporta sabor y sobre todo color.

Pongo muy poco azúcar, podéis probar y añadir más si os gusta muy dulce pero a mí me parece suficiente para no perder el resto de los sabores.



Necesitamos:

600 gramos de manzanas.

60 gramos de azúcar.

1 limón ecológico (vamos a usar la piel).

Canela molida, al gusto.

Jengibre, al gusto. Yo puse unos dos centímetros.

20 gramos de mantequilla.

Empezamos pelando las manzanas, quitando el corazón y partiéndolas en trozos. Las ponemos en un bol con el azúcar y la piel y el zumo del limón. Dejamos reposar unos 15 minutos.

Ponemos una pota al fuego con la mantequilla y añadimos el contenido del bol, la canela y el jengibre pelado, en un trozo.

Dejamos cocer tapado, a calor moderado, hasta que la manzana esté tierna, unos 20 minutos.

Trituramos y dejamos enfriar.


Y listo ¿comemos o qué?


martes, 23 de febrero de 2021

Sopa de verduras.


 


Esta es una sopa casi, casi mágica. Te reconforta, te alimenta, te sacia, te hidrata.., además te sirve para vaciar el cajón de las verduras del frigo porque necesitamos verduras variadas pero no grandes cantidades de cada una.

Usa las que tengas, coliflor, brócoli, repollo, berenjena, espárragos verdes, nabo, judías verdes, champiñones,..

Yo usé:

2 puerros, ½ cebolla, ½ pimiento rojo, 2 zanahorias, 1 rodaja de calabaza, 1 patata mediana, 8 ó 10 coles de Bruselas y  ½ romanesco.

Además 1 pocillo, de café, de arroz, aceite de oliva, una pizca de pimentón dulce y sal.

Puedes usar caldo de pollo, de jamón o simplemente agua ya que al cocer tantas verduras quedará igualmente sabrosa.

Si queréis un plato más completo o plato único podéis añadir huevo cocido picado o unos taquitos de jamón.

Empezamos preparando todas las verduras; como es una sopa es importante que estén todas cortadas en pequeño tamaño para que quepan en la cuchara:

Pelamos y picamos la cebolla, el puerro, las zanahorias, el pimiento, la calabaza y la patata; quitamos las hojas exteriores a las coles de Bruselas, si son grande las partimos al medio; cortamos el romanesco en flores y después cada una al medio.

Ponemos en una cazuela 3 ó 4 cucharadas de aceite a calentar. Añadimos el puerro y la cebolla, salamos y dejamos pochar a fuego suave; cuando empiece a ablandar ponemos las zanahorias, las coles y la patata, sofreímos dos o tres minutos.

Agregamos el pimentón, damos unas vueltas para que se fría y cubrimos con agua (o caldo) abundante.

Cuando empiece a hervir ponemos el arroz, la calabaza y el romanesco. Salamos.

Dejamos hervir a fuego suave unos 15 minutos; comprobamos que todo está cocido pero sin pasarnos de cocción.

Comprobamos de sal y rectificamos si es necesario.



Y listo ¿comemos o qué?


domingo, 21 de febrero de 2021

Queso de yogur, labneh.


 


Quizá no sea lo más apropiado llamarlo queso, si queremos ser rigurosos, deberíamos llamarlo “yogur concentrado”; más o menos concentrado dependiendo del tiempo que lo dejemos eliminando el agua que tiene el yogur.

Lo que sí es, sin duda, el “queso” más fácil de hacer del mundo. Queda cremoso y suave, sirve tanto para acompañar con dulce como con salado; con miel, mermelada, dulce de membrillo… o con salmón ahumado, jamón de york…

Sólo necesitamos: Yogur natural y sal.

Yo utilicé 330 gramos de yogur casero y ½ cucharilla de sal. Conseguimos 165 gramos de queso.

Ponemos un bol donde encaje bien un colador y quede espacio debajo.

Cubrimos el colador con una tela fina o con dos trozos de papel de cocina.

Mezclamos el yogur con la sal y lo ponemos en el colador.

Tapamos con film y metemos en la nevera.

Empezará a perder el agua y a espesar.

Cuanto más tiempo lo dejemos más concentrado estará; yo lo tuve unas 18 horas y la textura que quedó es similar al comprado.

Con un poco de buen aceite y encima de un bollito de pan tostado es una delicia.



Y listo ¿comemos o qué?

jueves, 18 de febrero de 2021

Crema de alcachofas.


 


Una crema sencilla, ligera, barata, rápida de hacer y, que si te gustan las alcachofas, te va a gustar. 

Muy adecuada para empezar la cena e incluso puede ser un primer plato si le añades una guarnición: jamón picado, costrones de pan, huevo cocido…

Necesitamos:

½ cebolla.

1 ó 2 patatas.

Una bolsa de alcachofas congeladas, de 400 gramos.

Aceite de oliva virgen extra y sal.

Empezamos picando la cebolla, no hace falta que esté muy menuda; en una cazuela ponemos dos cucharadas de aceite y pochamos la cebolla durante cuatro o cinco minutos.

Añadimos las patatas, peladas y picadas; cubrimos con agua abundante que cubra las patatas ampliamente porque después tenemos que poner las alcachofas.

Cuando hierva agregamos las alcachofas congeladas.

Dejamos hervir hasta que todo esté tierno.

Trituramos.

Tenemos que pasarlo por un colador, por un chino para quitar los hilos o partes duras de las alcachofas y que quede una crema suave.

Rectificamos de sal y servimos.

Ponemos un poco de aceite de oliva virgen extra en crudo por encima.



Y listo ¿comemos o qué?


martes, 16 de febrero de 2021

Garbanzos con acelgas y bacón.


 


Un plato de legumbre con verduras, que puede ser plato único si lo acompañáis con una ensalada y, como diría un famoso cocinero, un trocito de pan.

A la hora de poner las cantidades siempre me surgen muchas dudas porque las raciones no son iguales para todas las personas, para distintas edades, para distinta actividad física. Yo cocino, normalmente para dos jubilados, con una actividad moderada pero de “buen comer”: adaptarlas a vuestras necesidades.



Necesitamos para dos:

140 gramos de garbanzos.

Un manojo de acelgas.

2 zanahorias.

½ cebolla.

½ pimiento rojo.

1 puerro.

50 gramos, unas 4 lonchas de bacón.

Aceite de oliva virgen extra y sal.

Empezamos poniendo los garbanzos a remojo la noche anterior, en agua templada con un puñado de sal.

En una cazuela ponemos agua con las dos zanahorias, peladas y enteras, y el puerro entero. Cuando empiece a hervir añadimos los garbanzos, escurridos del agua del remojo y sal. Dejamos cocer hasta que los garbanzos estén tiernos.

Mientras lavamos las acelgas, las picamos y las cocemos en agua con sal, unos 10 minutos. Escurrimos y reservamos.

Ponemos 2 ó 3 cucharadas de aceite en una cazuela y pochamos la cebolla y el pimiento rojo pelado, hasta que estén blandos.

En el vaso de la batidora ponemos el sofrito de cebolla y pimiento, las zanahorias y el puerro con parte del caldo cocer los garbanzos; trituramos.

Lo volvemos a poner en la pota, con las acelgas y los garbanzos escurridos, reservando el caldo; añadimos el caldo que nos parezca hasta dejar el guiso a nuestro gusto.

Ya solo nos queda dejar cocer todo junto despacio unos 10 minutos para que se integren todos los sabores; probamos de sal.

En una sartén aparte freímos el bacón, o panceta o trocitos de jamón, lo que os guste y se lo agregamos al guiso en el momento de servir para que se quede crujiente, evitando la grasa que suelte.

También se puede poner huevo cocido picado.



Y listo ¿comemos o qué?


sábado, 13 de febrero de 2021

Crema de tomates asados.


 

El sabor especial a esta crema se lo da el asado previo de los ingredientes; se puede tomar caliente o fría; en verano, que es cuando mejor están los tomates, tomarla fría es una delicia. 

Yo la he preparado para tomar como aperitivo, templada y en versión casi de chupito, con una tostadita de jamón ¡aperitivo de lujo!



Necesitamos:

8 tomates pera maduros.

1 cebolla.

Caldo de verduras (o agua, si no tenéis).

Aceite de oliva virgen y sal.

Romero.

Pan y jamón (optativo).

Empezamos lavando bien los tomates y los partimos en cuartos. Los ponemos en una fuente de horno con la cebolla partida en trozos y una rama de romero fresco; salamos y rociamos con aceite de oliva.



Horneamos a 180/190º durante unos treinta minutos.

Pasado ese tiempo lo ponemos todo, menos el romero, en la batidora con un poco de caldo y trituramos; lo pasamos por el chino para quitar todas las pieles y semillas.

Añadimos más caldo hasta dejarlo con el espesor que nos guste.

Probamos de sal y rectificamos si hace falta.

Lo dejamos hervir dos o tres minutos para eliminar el aire que queda al triturarlo.

Lo servimos templado con unas gotas de aceite de oliva virgen extra acompañado con una tosta de pan y una loncha de jamón.



Y listo ¿comemos o qué?

jueves, 11 de febrero de 2021

Congrio a la sidra.


 

El congrio es un pescado blanco de carne muy firme y sabrosa; para los guisos se utiliza la parte abierta del pez dejando la cola y la cabeza para elaborar caldo porque tiene muchas espinas, muy finas y no es agradable de comer.

Lo he cocinado con sidra natural, en este caso ecológica, que “la bebida nacional en Asturias” o casi. Si no encontráis esta sidra sustituirla por un poco de vino blanco, menos cantidad que de sidra pero NO utilicéis sidra achampañada porque no es lo mismo ni parecido.


Necesitamos:

2 rajas de congrio abierto por persona.

½ cebolla.

2 dientes de ajo.

½ pimiento rojo.

1 patata mediana.

¼ de cucharilla de cúrcuma (opcional).

¼ de cucharilla de pimentón dulce.

½ vaso de sidra natural.

½ vaso de caldo de pescado (o agua).

Aceite de oliva virgen, sal y perejil.



Empezamos poniendo dos o tres cucharadas de aceite en una cazuela; freímos los dientes de ajo; antes de que se doren añadimos la cebolla picada menuda con una pizca de sal y dejamos que se ablande.

Pelamos el pimiento, lo partimos y agregamos.

Dejamos que todo de poche despacio.

Mientras pelamos la patata y con la mandolina la partimos en rodaja finas; las ponemos en la cazuela con la cúrcuma y el pimentón; dejamos un minuto para que el pimentón se fría.

Salamos las rajas de congrio y las ponemos encima de las patatas.

Subimos el calor y echamos la sidra; dejamos que se evapore un poco y agregamos ½ vaso de caldo (o agua).

Tapamos de dejamos hervir despacio hasta que el congrio esté hecho. Podéis pinchar con un palillo cerca de la espina central para comprobar pero unos 10/12 minutos, dependiendo del grosor de la raja serán suficientes. Las patatas se harán a la vez porque están partidas finas.

Servimos con un poco de perejil fresco picado.



Y listo ¿comemos o qué?

sábado, 6 de febrero de 2021

Magdalenas de naranja.


 

El fin de semana pide un desayuno o una merienda especial. 

Aquí llueve sin parar, está frío, como corresponde al mes de febrero, no es prudente reunirse con amigos o familia así que lo que nos queda y no está nada mal es comer rico, sofá, libro, scrabble…

Estas magdalenas son muy fáciles de hacer, quedan esponjosas, con un suave sabor y perfume a naranja. Podéis hacer bizcocho con la misma masa.

Con estas cantidades salieron 20 mini-magdalenas, de unos 15 gramos y 6 magdalenas grandes , de 40 gramos aproximadamente.



Necesitamos:

2 huevos medianos.

80 gramos de azúcar.

80 gramos de zumo de naranja.

80 gramos de aceite de girasol.

1 yogur natural, no azucarado.

La piel de la naranja rallada.

220 gramos de harina.

1 sobre de levadura química (tipo Royal).

Una pizca de sal.


Empezamos preparando todos los ingredientes.

Batimos los huevos con una pizca de sal.

Añadimos el azúcar y seguimos batiendo.

Agregamos el yogur. Batimos hasta que se integre bien.

Vamos incorporando el aceite, dejándolo caer como un hilo y batimos.

Ahora ponemos el zumo y la ralladura de la naranja.

Mezclamos la harina con la levadura y la vamos incorporando, por tandas, después de pasarla por un colador para evitar grumos.

Calentamos el horno a 180º.

Rellenamos las cápsulas de papel unos 2/3 aproximadamente; puse las cápsulas en moldes de silicona para darles más estabilidad.

Horneamos las pequeñas unos 10/12 minutos y las grandes unos 15 minutos, hasta que al pincharlas con una brocheta salga seca y las magdalenas estén doradas.



Y listo ¿comemos o qué?

jueves, 4 de febrero de 2021

Gratinado de romanesco y zanahoria.


 

Una forma deliciosa de comer, o cenar, verduras, las que quieras, las que tengas: coliflor, brócoli, judías verdes…

Yo tenía un romanesco que es una verdura con una forma y un color espectacular, un sabor suave y muchas propiedades nutricionales. Acompañe con unas zanahorias, un poco de queso y el resultado una cena sana, nutritiva y rica.



Necesitamos para dos:

1 romanesco pequeño; el mío pesaba 360 gramos.

2 zanahorias.

Para la bechamel: 1 cucharada de harina, ½ cucharilla de cúrcuma, leche y queso.

Sal y aceite de oliva virgen.

Empezamos preparando las verduras: pelamos las zanahorias, las partimos y las hervimos en agua con sal hasta que estén al dente. 

Separamos en ramilletes el romanesco y también lo cocemos. Escurrimos y reservamos.

Preparamos una bechamel: en un poco de aceite de oliva cocinamos la harina con la sal y la cúrcuma, agregamos leche y cocemos dándole vueltas con unas varillas para que no se hagan grumos. No pongo la cantidad de leche porque lo hice “a ojo”, debe quedar una textura ligera, fluida.

Repartimos las verduras en una fuente de horno, cubrimos con la bechamel y ponemos un poco de queso rallado, el que os guste; yo puse manchego curado pero con gouda, con un queso azul…genial. Sí compráis el que viene ya rallado en una bolsa fijaros bien porque no siempre es queso.

Horneamos a 180º durante unos minutos, hasta que se dore.


Y listo ¿comemos o qué?

martes, 2 de febrero de 2021

Salmón con salsa de zanahoria y jengibre.




Últimamente estoy preparando, casi siempre, el salmón en el horno; me parece un buen sistema de cocción, sin añadir apenas aceite se hace en su propio jugo; además queda jugoso si tienes cuidado de no pasarte de tiempo (se hace en pocos minutos) y, por si fuera poco casi no ensucias cacharros.

Hoy lo he acompañado con una salsa/crema de zanahoria y jengibre; la zanahoria aporta dulzor y el jengibre una mezcla de picante y sabor cítrico que la complementa muy bien. También el toque de cúrcuma aporta color y perfume.



Necesitamos para dos:

Para la salsa de zanahoria.

Zanahorias, 3 ó 4.

1 cebolla mediana.

1 trozo de jengibre, dependiendo de cómo os guste. Yo puse un trozo de unos dos centímetros.

½ cucharilla de cúrcuma.

Un poco de brandy.

Aceite de oliva virgen y sal.

Además:

Un trozo de salmón de la cola, unos 300 gramos.

Perejil.

Empezamos preparando la salsa: pelamos las zanahorias y la cebolla; las partimos en trozos. 

En una pota ponemos dos cucharadas de aceite, la cebolla y las zanahorias; salamos, tapamos y dejamos que se cocine durante unos 10 minutos. Damos vueltas de vez en cuando.

Añadimos el jengibre, pelado y picado y la cúrcuma

Ponemos el brandy y dejamos que se evapore el alcohol.

Agregamos unas cucharadas de agua y dejamos cocer, tapado; hasta que la zanahoria este tierna; si se seca demasiado ponemos un poquito más de agua; debe quedar relativamente espesa.

Trituramos.

Mientras se hace la salsa preparamos el pescado; en un larguero de horno ponemos una cucharada de aceite y la extendemos por todo el fondo; ponemos el pescado y lo salamos.

Calentamos el horno a 180/190º y tenemos el pescado unos 10 ó 12 minutos dependiendo del grosor de la tajada.

Emplatamos poniendo en el fondo de la fuente la salsa bien caliente y encima el salmón; adornamos con perejil picado.



Y listo ¿comemos o qué?

Esta receta está basada en esta, con sus modificaciones.