Aunque sea verano tenemos que seguir comiendo legumbres; en ensaladas, en patés vegetales o… en croquetas.
Necesitamos
para unas 10 croquetas grandes:
120
gramos de garbanzos secos.
2
zanahorias (no las usaremos para las croquetas pero los garbanzos tendrán mejor
sabor).
1
coliflor pequeña.
Pan
rallado.
1
huevo.
Sal,
una hoja de laurel y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos
poniendo la noche anterior los garbanzos a remojo; por la mañana los escurrimos
y los ponemos a cocer con las zanahorias y el laurel. (Podemos aprovechar para
cocer mayor cantidad, congelar y utilizar en otra preparación con las
zanahorias)
Mientras
se cuecen los garbanzos preparamos la coliflor: la separamos en ramitos y la
cocemos al vapor o en el horno; hervirla en agua coge más humedad y eso no nos
conviene.
Cuando los garbanzos estén tiernos los pasamos por el pasapuré, sin nada de caldo; pasamos igualmente la coliflor y mezclamos; hacemos una masa uniforme y probamos de sal.
Reservamos hasta que esté totalmente frío; además con el reposo la masa
coge “cuerpo”.
Preparamos
un plato con pan rallado y batimos un huevo.
Con
ayuda de dos cucharas damos forma a las croquetas y las pasamos por pan
rallado, huevo y pan rallado.
Las freímos hasta que se doren y sacamos a un papel absorbente.
Sugerencia de mi “santo”: si a la masa añadís unos trocitos de jamón o de
chorizo frito…en fin, todo es válido.
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