Aunque por aquí, el norte
de España, no nos sofoca mucho el calor ya que tenemos “contratadas” unas lindas
nubes grises que nos tapan el sol casi, casi todos los días del año, apetecen
igualmente las ensaladas.
No os pongo cantidades ya
que depende el número de comensales; tampoco consideréis estos ingredientes
como los únicos posibles, quitad y poned a vuestro gusto, eso es lo bueno de
las ensaladas que se pueden adaptar sin problema.
Necesitamos:
Coliflor.
Zanahorias.
Nueces.
Tomates secos en aceite.
Aceitunas negras.
Sal y aceite de oliva
virgen extra.
Empezamos separando los
ramilletes de coliflor, la lavamos y cocemos en agua hirviendo con sal hasta que
los tallos estén tiernos pero con un puntito crujiente.
Cocemos igual las zanahorias, en bastones o en rodajas.
Escurrimos y ponemos en un
larguero; antes de que se enfríen las sazonamos con aceite de oliva.
Agregamos las aceitunas,
las nueces y los tomates secos, partidos en dos.
¡Y listo!
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