viernes, 9 de julio de 2021

Bizcocho de calabacín con jengibre y canela.

 

¡Empieza la temporada del calabacín! En nuestra huerta este año solamente tenemos dos plantas pero ya sabemos, por experiencia, que a partir de ahora casi todos los días hay algún calabacín para recoger.

Pisto, calabacín relleno, tortilla de calabacín, puré,  a la plancha, rollitos de…y bizcocho: las mil formas de aprovechar y disfrutar de este humilde vegetal.

Como tiene un sabor suave a mí me gusta ponerle algún ingrediente que le dé un poco de chispa, en este caso jengibre y canela.

El jengibre le aporta un puntito picante que a mí me encanta; con la canela hay que tener cuidado porque es muy protagonista y puede anular a los demás sabores.

Necesitamos:

200 gramos de calabacín pesado después de extraer toda el agua. No lo pesé antes pero eran dos calabacines pequeños.

2 huevos.

100 gramos de azúcar.

210 gramos de harina.

100 gramos de aceite de girasol.

40 gramos de leche.

½ sobre de levadura (tipo Royal).

½ cucharilla de bicarbonato.

Jengibre rallado, unos 2 ó 3 centímetros.

Canela, al gusto.

Una pizca de sal.

Empezamos lavando el calabacín y despuntándolo; lo rallamos con un rallador grueso y lo ponemos en un colador para que vaya soltando el agua, presionando de vez en cuando con una cuchara.

Podéis pelarlo o dejar la piel. Yo solo quito alguna parte si está dañada, el resto lo dejo. Si usáis calabacín de cultivo ecológico os aconsejo dejarla, sino…

Mientras el calabacín pierde el agua vamos preparando los demás ingredientes.

Batimos los huevos con el azúcar, hasta que se deshaga; vamos añadiendo y batiendo el aceite, la leche, el jengibre rallado y la canela.

Aparte mezclamos la harina con la sal, la levadura y el bicarbonato; en tres o cuatro veces se lo vamos agregando a la masa líquida hasta tener una mezcla homogénea.

Ahora yo pongo el calabacín rallado en un papel de cocina y después en un trapo de cocina para apretar bien y terminar de sacar el agua. Lo añadimos a la mezcla.

Calentamos el horno mientras la masa reposa unos 10 minutos, a 170 grados.

Lo ponemos en un molde alargado de uno 22/24 centímetros y lo horneamos aproximadamente 45 minutos (ya sabéis que el tiempo no se puede decir exacto, pincháis y comprobáis).

A partir de los 30 minutos podéis abrir el horno ¡con cuidado! y cubrirlo con un papel de aluminio si se dora demasiado.

Lo dejamos reposar en el molde cinco minutos y lo desmoldamos sobre una rejilla para que enfríe; tarda bastante porque al ser un bizcocho húmedo es más denso.



¿comemos o qué?


No hay comentarios:

Publicar un comentario