viernes, 26 de septiembre de 2025

Merluza con compañía y truco.

 


¡Y vaya compañía! Un poco de todo, o de casi todo, hasta hacer de unos simples lomos de merluza congelada un plato súper sabroso y completo.


Cuando vives, al menos una gran parte del año, en un pueblo pequeño necesitas tener el congelador bien surtido porque no siempre puedes desplazarte a comprar. Os lo cuento porque sé que hay muchos que suspiráis por la vida en el campo, pero también hay algunos inconvenientes y hay que tener previsión para no verte en un apuro.

Bueno ahora ya me toca ir vaciando el congelador y hoy le tocó el turno a los lomos de merluza.



Necesitamos para dos:

6 lomos de merluza congelada (una caja).

2 patatas medianas.

1 cebolla y/o puerro.

2 ó 3 dientes de ajo.

2 zanahorias.

Brócoli.

Unos champiñones Portobello.

Sal, aceite de oliva virgen extra y perejil.

1 cucharilla de Ras-el-Hanout (optativo).

Empezamos poniendo en una cazuela amplia 3 ó 4 cucharadas de aceite, los ajos y la cebolla, todo picado y lo vamos pochamos a fuego lento.

Pelamos las zanahorias y las partimos en bastones; las añadimos a la cazuela y seguimos cocinando.

Cuando todo está blando, sin llegar a coger color ponemos las patatas partidas en rodajas, el Ras-el –Hanout y sal; cubrimos con agua y dejamos cocer lentamente.

Picamos el brócoli en ramitos pequeños; limpiamos los champiñones y los partimos.

Cuando las patatas, al pincharlas no ofrezcan resistencia añadimos el brócoli y los champiñones, con su poquito de sal.

Dejamos tres o cuatro minutos y, por último, ponemos el pescado salado; a fuego suave unos cinco minutos más será suficiente.

Servimos en un larguero y salpicamos con el perejil fresco.

Este guiso queda con muy poca salsa ya que solo ponemos el agua justa para cubrir las patatas y se consume en su mayoría si os gusta más caldoso añadís más agua con las patatas.

Yo usé zanahoria, brócoli, champiñones pero nada es imprescindible: ¿una guindilla para darle el toque picante? guisantes, espárragos, judías verdes en tiras estrechas…lo que tengáis en la nevera.


TRUCO: si os sobra parte del guiso podéis aprovecharlo al día siguiente con pasta, la que queráis.

Se parten los trozos de pescado ¡sin patata! y se ponen a calentar.

Aparte se pone a cocer pasta de la siguiente manera: cocer en agua y sal y a media cocción (si necesita 8 minutos a los 4 minutos) se saca y se echa en la cazuela del pescado; se puede añadir un poco de agua de cocer la pasta y se deja cocer hasta completar el tiempo.

Mitad del tiempo se cuece en agua con sal y la otra mitad en la salsa del guiso que queremos aprovechar, añadiendo un poquito de agua si es necesario.

La pasta cogerá los sabores de la salsa y quedará mucho más rica.



martes, 23 de septiembre de 2025

Bizcocho de yogur con avena.


Cuando llega el 1º de enero yo no soy de las que hacen propósitos, no quiero aprender inglés, no quiero renunciar a las cervezas ni a los vinos, no quiero… cambiar nada.

Sin embargo llega septiembre y ¡oh la,la! necesito renovarme, caminar más pasos, hacer más sentadillas (bueno unas pocas más, no muchas más), suprimir el embutido de la cena… Cosas así.

Este año me acordé de la avena, que la tenía un poco olvidada; así llevo unos días desayunando avena con canela y plátano o con manzana o con frutos secos o…en fin ya os hacéis una idea. 

Investigad un poco, si tenéis curiosidad, sobre este cereal que tan poco consumimos y parece tan lleno de nutrientes.

Este bizcocho se basa en el tradicional de yogur solo que tiene mezcla de harina de trigo con copos de avena un poco molidos por lo que tiende a desmigarse.



Necesitamos:

3 huevos grandes o cuatro medianos.

80 gramos de azúcar.

80 gramos de aceite de girasol.

1 yogur natural.

120 gramos de copos de avena ecológicos.

100 gramos de harina de trigo.

1 sobre de levadura química, tipo Royal o similar.

Una pizca de sal.

Empezamos triturando los copos de avena con un robot o un molinillo; no es necesario dejarlos en harina, pueden conservar algo de textura.

Batimos los huevos con el azúcar y la pizca de sal hasta que esté la mezcla esponjosa.

Vamos añadiendo el resto de los ingredientes, mezclando bien uno antes de añadir el siguiente; el aceite, el yogur, la avena y la harina tamizada con la levadura. Mezclamos bien y dejamos reposar la masa unos minutos, para que se hidrate la avena.

Calentamos el horno a 200º. Cuando metamos el bizcocho bajamos a 180º; en unos 30/35 minutos estará pero pinchadlo para comprobar. 


                      ¡Buen desayuno o merienda!


sábado, 20 de septiembre de 2025

Ensalada de judías verdes y zanahorias con langostinos.


Judías verdes, fréjoles, vainas…no sé como las llamáis en vuestra zona; lo importante es que su temporada ya está finalizando, empieza a ser difícil encontrarlas frescas de cercanía.

Preparé una ensalada que, para mí, con el postre es plato único pero puede no ser suficiente para otra persona.

La aderecé con una vinagreta de mostaza y alcaparras que aporta el sabor que este plato necesita ya que, como podéis imaginar las verduras al vapor no tienen mucho.



Necesitamos para uno, como plato único:

200 gramos de judías verdes.

150 gramos de zanahorias.

12 langostinos cocidos pequeños.

Para la vinagreta: una cucharada de mostaza, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez y alcaparras.

Empezamos quitando los extremos y los laterales a las judías verdes; las partimos en trozos de unos cinco centímetros y cada trozo al medio a lo largo: nos quedan unas tira finas que se van a cocinar al vapor en pocos minutos.

Pelamos las zanahorias y también las partimos en bastones delgados y hacemos al vapor.

Reservamos las verduras.

Yo utilicé langostinos que compré ya cocidos; solo tuve que pelarlos y reservar. Estos no son de tamaño grande, si los vuestros son mayores revisar la cantidad.

Preparamos la vinagreta:


Mostaza, aceite de oliva virgen extra, vinagre y sal.

Batimos para que emulsione.

Agregamos alcaparras.

Montamos la ensalada y la aliñamos en el último momento.



lunes, 8 de septiembre de 2025

Guiso de patatas y champiñones.

 


Un plato con ingredientes humildes y, sin embargo, un gran plato, sabroso y perfecto para tomar como primero. Más espeso, sin apenas caldo puede servirnos de guarnición.



Necesitamos para dos:

4 patatas medianas, unos 350 gramos.

Una bandeja de champiñones. Yo en esta ocasión he usado champiñón Portobello.

1 cebolla mediana.

Caldo de verduras o agua.

Sal, azafrán y aceite de oliva virgen extra.

Empezamos limpiando bien los champiñones, si es imprescindible los pasamos por debajo del grifo aunque como último recurso, ya que debemos intentar no mojarlos. Les quitamos el pie y partimos el sombrero en dos o cuatro trozos dependiendo del tamaño.

Pelamos las patatas y también las partimos en dos o cuatro trozos.

Pelamos la cebolla y la picamos.

En la cazuela ponemos unas cucharadas de aceite con la cebolla y los pies de los champiñones. Cocinamos hasta que esté transparente.

Añadimos las patatas, el azafrán y los champiñones, mezclamos bien y dejamos unos minutos.


Agregamos el caldo, poco, lo justo para que cubra escasamente el guiso, ya que los champiñones soltarán su agua.

Salamos y dejamos cocer a fuego suave hasta que las patatas estén tiernas. Dependiendo de la clase y del tamaño entre 20 minutos y media hora.

Servimos caliente.