¡Y vaya compañía! Un poco de todo, o de casi todo, hasta hacer de unos simples lomos de merluza congelada un plato súper sabroso y completo.
Cuando vives,
al menos una gran parte del año, en un pueblo pequeño necesitas tener el
congelador bien surtido porque no siempre puedes desplazarte a comprar. Os lo
cuento porque sé que hay muchos que suspiráis por la vida en el campo, pero también
hay algunos inconvenientes y hay que tener previsión para no verte en un apuro.
Bueno
ahora ya me toca ir vaciando el congelador y hoy le tocó el turno a los lomos
de merluza.
Necesitamos
para dos:
6 lomos
de merluza congelada (una caja).
2
patatas medianas.
1
cebolla y/o puerro.
2 ó 3
dientes de ajo.
2
zanahorias.
Brócoli.
Unos champiñones
Portobello.
Sal,
aceite de oliva virgen extra y perejil.
1
cucharilla de Ras-el-Hanout (optativo).
Empezamos
poniendo en una cazuela amplia 3 ó 4 cucharadas de aceite, los ajos y la
cebolla, todo picado y lo vamos pochamos a fuego lento.
Pelamos las
zanahorias y las partimos en bastones; las añadimos a la cazuela y seguimos
cocinando.
Cuando todo
está blando, sin llegar a coger color ponemos las patatas partidas en rodajas,
el Ras-el –Hanout y sal; cubrimos con agua y dejamos cocer lentamente.
Picamos el
brócoli en ramitos pequeños; limpiamos los champiñones y los partimos.
Cuando las
patatas, al pincharlas no ofrezcan resistencia añadimos el brócoli y los
champiñones, con su poquito de sal.
Dejamos tres
o cuatro minutos y, por último, ponemos el pescado salado; a fuego suave unos
cinco minutos más será suficiente.
Servimos
en un larguero y salpicamos con el perejil fresco.
Este guiso
queda con muy poca salsa ya que solo ponemos el agua justa para cubrir las
patatas y se consume en su mayoría si os gusta más caldoso añadís más agua con
las patatas.
Yo usé
zanahoria, brócoli, champiñones pero nada es imprescindible: ¿una guindilla
para darle el toque picante? guisantes, espárragos, judías verdes en tiras
estrechas…lo que tengáis en la nevera.
TRUCO:
si os sobra parte del guiso podéis aprovecharlo al día siguiente con pasta, la
que queráis.
Se parten
los trozos de pescado ¡sin patata! y se ponen a calentar.
Aparte se
pone a cocer pasta de la siguiente manera: cocer en agua y sal y a media cocción
(si necesita 8 minutos a los 4 minutos) se saca y se echa en la cazuela del
pescado; se puede añadir un poco de agua de cocer la pasta y se deja cocer hasta
completar el tiempo.
Mitad del
tiempo se cuece en agua con sal y la otra mitad en la salsa del guiso que
queremos aprovechar, añadiendo un poquito de agua si es necesario.
La pasta
cogerá los sabores de la salsa y quedará mucho más rica.
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