sábado, 8 de septiembre de 2018

Pan de trigo y maíz.



La harina de maíz proporciona al pan una textura diferente al que solo lleva harina de trigo; queda una miga más densa, más compacta,  con un bonito color amarillo y con un sabor especial.





Necesitamos:
300 g de harina de fuerza de trigo.
2oo de harina de maíz*
325 g de agua ligeramente tibia.
10 g se sal.
20 g levadura fresca de panadería.
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.

Empezamos pesando todos los ingredientes.

Mezclamos, en un bol grande, los dos tipos de harina y añadimos la sal. 

Desleímos la levadura en el agua y la añadimos a las harinas. Ponemos la cucharada de aceite. Masamos hasta unificar todos los ingredientes.

Hacemos una bola, tapamos el recipiente con un paño de algodón y dejamos reposar hasta que haya levado; el tiempo dependerá fundamentalmente de la temperatura de la cocina.

Cuando haya crecido al doble o casi de su tamaño, amásala suavemente para quitar el aire y dale la forma del pan que quieras, redondo o alargado.

Deja de nuevo reposar unos 30 minutos.

Calienta el horno a 200º y mete el pan hasta que esté dorado y bien cocido (ya  sabes golpea la base para comprobar que suena a hueco). Como orientación os diré que el mío tardó 55 minutos.


                                              ¡Y listo!

*La harina de maíz que necesitamos es harina amarilla y natural, no refinada, ni tostada, ni tratada de ningún modo. En Asturias es fácil encontrarla ya que aún hay molinos tradicionales que muelen el maíz, como hace cientos de años. La que yo uso es del “Molín de Corao” que funciona desde 1752; es la misma que se usa para hacer los tortos. 

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