Necesitamos para dos:
8 alcachofas.
12 carrilleras de rape.
2 dientes de ajo.
½ cebolla mediana.
1 cucharada de harina.
½ vaso de vino blanco.
Aceite de oliva virgen
extra, sal y perejil.
Empezamos
preparando las alcachofas. Yo las usé congeladas que simplifican mucho la
preparación.
Las cocemos en agua
hirviendo con sal durante unos 10 minutos. No es necesario que queden
totalmente cocidas ya que después se terminarán en el guiso. Escurrimos, partimos
en medios o cuartos dependiendo del tamaño y reservamos.
En una cazuela amplia y
baja ponemos 2 ó 3 cucharadas de aceite y vamos friendo los dientes de ajo y la
cebolla partidos menudos. Cuando la cebolla está blanda, sin llegar a dorarse
añadimos la cucharada de harina y sofreímos. Ponemos el vino blanco y dejamos
que se evapore.
Agregamos ½ vaso de agua y
las alcachofas; conviene que ahora tengamos una salsa espesa ya que el rape
soltará bastante jugo y si no nos quedaría una salsa muy rala. Dejamos cocer
despacio unos 4 ó 5 minutos para que las alcachofas queden perfectamente
hechas.
Mientras quitamos una
telilla que tienen las carrilleras y la salamos.
Las ponemos con las
alcachofas y dejamos hervir despacio dos minutos. Apartamos del calor, tapamos y
movemos la cazuela lentamente para que ligue bien la salsa.
Picamos el perejil y se lo
añadimos en el momento de servir.
¡Y listo!
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