Una tosta es siempre, y más con buen tiempo, una idea estupenda para una
cena informal.
Admiten multitud de ingredientes,
elegidos y combinados a gusto del comensal.
Además se puede tener casi todo adelantado, montarla en el último momento y
tener una cena completa en muy poco tiempo.
En este caso se puede tener la berenjena preparada, que es lo que lleva algo
de tiempo y lo demás será coser y cantar.
Necesitamos:
2 berenjenas asadas.
6 dientes de ajo asados.
Pimienta negra y orégano.
Un chorrito de zumo de limón.
Una bola de queso mozzarella.
4 pimientos del piquillo, en conserva.
Aceite de oliva virgen extra y sal gruesa.
Unas tostas de pan, en este caso de hogaza de pan bregado.
Empezamos asando las berenjenas y los ajos.
Las lavamos bien, quitamos el rabo y las partimos longitudinalmente;
hacemos, con la punta del cuchillo unas incisiones, ponemos sal y un poco de
aceite y horneamos a 170º hasta que estén asadas, unos 30 minutos.
A la vez metemos en el horno una cabeza de ajos sin pelar.
Dejamos que enfríen lo suficiente para no quemarnos, las pelamos y sacamos
toda la pulpa; la picamos a cuchillo hasta dejarla como una pasta.
Ponemos toda la carne de las berenjenas en una sartén con una cucharada de
aceite y sal, a fuego suave para que se seque un poco.
Sacamos a un bol y agregamos los ajos asados machacados, el zumo de limón,
la pimienta, orégano seco y aceite de oliva virgen extra.
Probamos y añadimos lo que necesite para que quede a nuestro gusto.
Vamos a montar la tosta:
Podemos tostar un poco el pan o
dejarlo tal cual. Encima una buena capa de berenjena; cubrimos con la mozzarella
cortada en lonchas y tiras de pimiento del piquillo.
Ponemos uno poco de aceite de oliva y una piedritas de sal (que no están en
la foto, por despiste, jajaja).
¡Y listo!
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