Otoño: época de manzanas. Postre
de temporada.
Empezamos: pelamos y partimos las
manzanas. Pueden ser, como en este caso, de varias clases (reineta parda,
reineta roja, golden…) ya que aprovechamos nuestras manzanas pequeñas o algo
dañadas.
Ponemos los trozos a
cocer con una piel de limón y muy poca agua, no es necesario que las cubra.
Dar vuelta de vez en
cuando, teniendo cuidado que no se peguen al fondo de la pota.
Añadir azúcar; yo no
pongo mucha, prefiero notar el ácido de la manzana, pero va en gustos. Me
parece adecuado no acostumbrar a los niños a tomarlo todo muy dulce.
Cuando están blandas (si
están maduras tardan muy poco) apartar y dejar enfriar.
Triturar.
Para adornar:
Pelamos una manzana,
quitamos los dos extremos y partimos a la mitad; nos quedan dos rodajas gruesas
a las que quitamos el centro, donde está el corazón y las pepitas.
Las ponemos en una sartén
con un chorro de zumo de limón y azúcar moreno; cocinamos hasta que están
blandas y se ha hecho un caramelo.
Servimos la compota en
unos recipientes que nos gusten y ponemos encima la rodaja; yo en el centro
puse un poco del caramelo que se había solidificado en la sartén.
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