viernes, 10 de enero de 2020

Canelones de ternasco.



Una receta de aprovechamiento pero de lujo. Con unos ingredientes básicos y restos de cordero asado conseguiremos un estupendo y sabroso plato.

Hay que dedicarle un poco de tiempo pero podemos tener casi todo hecho y terminarlo en el último momento.


Necesitamos para dos:
Unos 200 g de paletilla o pierna de cordero asado.
8 láminas de canelón.
1 cebolla mediana.
½ pimiento verde.
2 ó 3 dientes de ajo.
Sal y pimienta negra.
Bechamel: 1 cucharada de harina, leche y aceite de oliva virgen.
Un trozo de queso de oveja curado.




Empezamos picando, a cuchillo la carne de cordero asada, dejándola en trocitos pequeños.

Preparamos una salsa bechamel ligera: ponemos dos cucharadas de aceite y freímos la cucharada de harina durante unos 2 minutos para quitar el sabor de harina cruda. Agregamos la leche y trabajamos con unas varillas para evitar los grumos y cocemos durante unos 10 minutos.

Salamos y reservamos.

Picamos los dientes de ajo, la cebolla y el pimiento.

Ponemos dos cucharadas de aceite y vamos friendo, empezando por los ajos, después la cebolla y el pimiento. Cuando empieza a ablandar añadimos la carne que tenemos picada y seguimos cocinando.

Para finalizar ponemos parte de la salsa bechamel, tres o cuatro cucharadas hasta que nos quede un relleno jugoso. Reservamos para que pierda temperatura.

Vamos a cocer las láminas de la pasta siguiendo las indicaciones del fabricante. Las ponemos sobre un paño de cocina de algodón y las vamos rellenando; ponemos una cucharada de la farsa sobre cada lámina y enrollamos; los vamos colocando en una fuente de horno (yo pinto la fuente con un poco de aceite para que no se me peguen).

Cuando los tenemos todos cubrimos con el resto de la bechamel, rallamos el queso por encima y los metemos en el horno caliente a 180º para que se calienten bien por dentro.

Al final ponemos solo calor por arriba y gratinamos, que cojan un bonito color ¡sin quemarse!



No hay comentarios:

Publicar un comentario