lunes, 18 de mayo de 2020

Patatas a la sidra.



¡Sidra! Palabra casi, casi mágica. Sidrería, reunión de amigos, conversación, tapas, pinchos…pronto volverán.

Mientras tanto vamos a hacer un plato de acompañamiento con ingredientes muy sencillos y muy ricos que deja ese olor a sidrina en toda la cocina (me ha salido un pareado, jajaja) que algunos no soportan y a otros nos encanta.




Necesitamos para dos:
4 patatas medianas.
6 cebollas pequeñas (optativas).
2 dientes de ajo.
Un trocito de mantequilla (optativo).
Una botella de sidra natural.
Un vaso pequeño de caldo de pollo.
Aceite de oliva virgen extra y sal.
Perejil.

Empezamos pelando las patatas, las lavamos y secamos muy bien.

En una cazuela, en que quepan sin amontonarse y sin que sobre mucho espacio, ponemos el aceite y la mantequilla (si la usamos) y freímos las patatas girándolas para que se doren por todos los lados.

Cuando las patatas casi estén ponemos las cebollitas peladas y enteras y los dientes de ajo también pelados y enteros, para que cojan un bonito color.

Subimos el calor y ponemos la sidra, que las cubra hasta la mitad más o menos y dejamos cocer un minuto; añadimos la sal y el caldo, bajamos el calor y dejamos cocer suavemente hasta que estén tiernas. Dependiendo del tamaño tardarán un tiempo; yo las pincho con una brocheta de madera para comprobar.

No tapéis del todo la cazuela para que vaya evaporando líquido, no queremos que nos queden caldosas, sí con algo de salsa.

Ponemos en la fuente y espolvoreamos con el perejil picado.

Se toman calientes.


¡Y listo, a disfrutar!

Esta receta no sé de quién es. Yo la leí publicada por Pilar Aguaviva y la he modificado para adaptarla a mí gusto.

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