¿Qué es imprescindible para hacer un “buen” roscón de Reyes? No, no me digáis harina, huevos, levadura…qué también. Lo que realmente se necesita es: PACIENCIA. Una buena dosis de paciencia, sin ella ni lo intentéis.
No me parece difícil si seguís (al pie de la letra) una receta fiable: ingredientes, cantidades, amasados, reposos y horno, tiempo y temperatura. Yo he utilizado la conocidísima de Ibán Yarza, cien por cien segura y sencilla de seguir. No os la pongo porque se encuentra en internet fácilmente.
Las fotos están regular, tirando a mal pero están hechas sobre la marcha; en la primera, la de la masa recién amasada, valga la redundancia, tenía las manos todavía pringadas y no quería ensuciar el móvil ¡así quedó!
Esta masa es del segundo día de preparación; en el primero hacemos “la madre de levadura” (leche+ harina+ levadura) que habremos tenido toda la noche en la nevera y la infusión de la leche con cítricos. Aquí ya hemos trabajado un poco más, mezclado todos los ingredientes, algún reposo y amasado.
Fermentada en un bol hasta que dobló el volumen.
Formamos el roscón.
Yo le pongo un aro de emplatar en el centro para evitar que se cierre demasiado al crecer.
Primer pincelado con huevo.
De nuevo un largo reposo, seguirá fermentando y creciendo.
Segunda capa de huevo y decoración.
En el pueblo donde yo vivo hay un naranjo y un limonero y, gracias a la generosidad de sus dueños, todos podemos tener, sin abusar, naranjas y limones ecológicos, con la piel sin tratar, sin encerar. Yo hice unas rodajas de naranja en almíbar para este roscón.
Y ya ¡por fin! al horno: 180º unos 25 minutos.
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