Esta receta, típica de Portugal es un bollo de pan dulce con una deliciosa costra
de coco, azúcar y huevo.
Buscando información sobre sus orígenes encontré en esta página datos
curiosos e interesantes. O dejo la final de la receta algunos datos* y el enlace, por si tenéis interés en saber más.
Necesitamos para 6 bollos:
250 g de harina integral; se pueden hacer con harina de fuerza.
125 g de leche.
1 huevo.
25 g de azúcar.
30 g de mantequilla.
Una pizca de sal.
10 g de levadura de panadería.
Para la cobertura:
50 g de coco rallado.
40 g de
azúcar.
1 huevo.
Empezamos pesando todos los ingredientes y sacando la mantequilla de la nevera para
que se ponga con textura pomada.
Templamos ligeramente la leche y disolvemos en ella la levadura.
En un bol
amplio ponemos la harina, el azúcar y la sal; mezclamos bien.
Agregamos el
huevo y mezclamos.
Vamos
añadiendo la leche con la levadura. Tenemos que conseguir una masa suave que no
se pegue a las manos así que si necesita una cucharada más de harina se la
ponemos.
Por último
ponemos la mantequilla pomada, sacamos del bol a la meseta y amasamos ligeramente
hasta incorporarla toda.
Hacemos una
bola.
Dejamos la
masa en un lugar cálido y sin corriente de aire (dentro del horno, por ejemplo)
hasta que suba; depende de la temperatura ambiente pero unos 60/90 minutos.
Dividimos la
masa en trozos más o menos iguales; con estas cantidades yo hice 6 bollos de
unos 90 gramos. Los ponemos sobre la bandeja del horno cubierta con papel y
volvemos a dejar que leve, unos 45/60 minutos.
Mientras
mezclamos los ingredientes de la cobertura: el huevo, el azúcar y el coco.
Calentamos el
horno a 180º.
Cubrimos los
bollos con la mezcla de coco, con cuidado de no aplastarlos y horneamos unos
25/30 minutos.
¡Y listo!
*En la región de Leiria e incluso
en Extremadura, miles de niños salen a la calle el Día de Todos los Santos para
pedir la "galleta" o el "Pan por Dios", una tradición
ancestral
En Leiria, niños, transportando
saco o mochila, recorren calles y callejuelas de aldeas, villas e incluso
ciudades, y golpean a la puerta de familiares, vecinos y desconocidos, con la
tradicional frase: 'Oh tía, da galleta?'. En ausencia de galleta, las ofertas
pasan por chocolates, caramelos o dinero.
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