Empezamos lavando muy bien las fresas, con agua fría y una a una; con la fruta que no se pela es necesario extremar las medidas de higiene.
Quitamos los rabitos y las picamos.
Las batimos con leche y azúcar.
Podemos dejar un batido más o menos espeso según la cantidad de leche que pongamos, a elegir.
Y lo mismo nos pasa con el azúcar, lo adaptamos a nuestro gusto.
Si no os gusta notar las semillas podéis pasarlo por un colador.
Quitamos los rabitos y las picamos.
Las batimos con leche y azúcar.
Podemos dejar un batido más o menos espeso según la cantidad de leche que pongamos, a elegir.
Y lo mismo nos pasa con el azúcar, lo adaptamos a nuestro gusto.
Si no os gusta notar las semillas podéis pasarlo por un colador.
A la nevera, que esté bien fresquito, hasta la hora
del postre.
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