Un pan
básico, sin ninguna complicación, ideal para empezar a hacer pan.
Necesitamos:
500 g de
harina de fuerza.
150 g de agua
tibia.
150 g de leche
tibia.
Levadura seca
de panadero, un sobre, 7g.
10 g de sal.
35 g de aceite
de oliva virgen.
Empezamos preparando todos los
ingredientes, pesándolos.
Mezclamos
el agua tibia y la leche con el sobre de levadura;
añadimos el aceite.
Aparte
hacemos una mezcla homogénea con la harina y la sal.
Unimos las
dos mezclas y amasamos durante
unos 10 minutos.
Dejamos
reposar la masa en un bol, untado
ligeramente con aceite, hasta que aumente de tamaño; dependiendo de la
temperatura de la cocina tardará más o menos tiempo. Una buena idea es meterla
en el horno apagado y cubierta con un paño de algodón. Al cabo de 1 hora habrá
crecido.
Sacamos y
amasamos suavemente; la dividimos en trozos de peso
aproximado, yo hice 8 trozos de 100g aproximadamente. Les damos forma
redondeada.
Las ponemos
en un molde de silicona redondo, una bola en el centro y las siete restantes
alrededor y dejamos reposar de nuevo
hasta que vuelvan a aumentar.
Calentamos el
horno a 190º.
Con una
brocha pintamos los bollos con un poco de aceite.
Los cocemos
durante unos 25 minutos, hasta que estén bien dorados.
¡Y listo!
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