Lo primero que quiero
poneros hoy, antes de la receta son unas fotos de las berenjenas de nuestra
huerta: orgullo de hortelanos aficionados.
Y ahora la receta.
Necesitamos para seis
flanes:
2 berenjenas medianas.
1 cebolla.
Unos pimientos rojos
asados.
1 ó 2 huevos, dependiendo
del tamaño.
Aceite de oliva virgen
extra.
Sal y orégano.
Salsa de tomate:
aceite de oliva, cebolla, sal, tomate natural triturado y orégano.
Empezamos
lavando las berenjenas y partiéndolas en cubitos como de 1 centímetro. Yo no
les quito la piel pero si os molesta las podéis pelar. Ponemos los trozos en un
colador con un puñado de sal y las dejamos para que suelten parte del agua que
tienen y el amargor, durante 1 hora mínimo.
Pasado ese tiempo las
lavamos bajo el grifo de agua fría, escurrimos y secamos.
En una sartén amplia
ponemos tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva y vamos friendo
despacio la cebolla picada menuda. En cuanto empiece a ablandar, sin que
coja color, agregamos la berenjena y dejamos que se cocine
despacio hasta que esté todo blando.
Picamos los
pimientos asados.
Batimos los huevos y
cuando el sofrito de berenjena esté un poco templado lo mezclamos todo.
Rellenamos los moldes,
sin llegar arriba porque sube un poco en el horno.
Metemos los moldes en el
horno caliente a 170º con dos dedos de agua en la bandeja (baño
María) y dejamos que se cuajen. El tiempo dependerá del tamaño de los moldes,
los míos en 15 minutos estaban.
Mientras se hacen los
flanes preparamos la salsa de tomate: ponemos un poco de aceite y sofreímos la
cebolla; cuando esté blanda añadimos los tomates triturados, yo uso de bote,
ponemos sal y dejamos que se cocine a fuego lento. Apartamos del calor cuando
esté y espolvoreamos el orégano.
Servimos los flanes sobre
la salsa.
¡Y listo!
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