Un súper bocadillo para solucionar una cena en un plis-plás. Imprescindible un buen pan, que, afortunadamente, ya no es difícil de conseguir. Pasaron los tiempos en que solo se encontraba pan industrial de dudosa calidad: han vuelto las panaderías que con harinas de calidad hacen panes variados y nutritivos.
Encima del pan cabe, casi, de todo: verduras, embutidos, conservas, huevos, frutos secos…para que cada uno y una puedan hacer “su bocadillo”.
Hoy una combinación que me parece “casa” muy bien: aguacate, tomate y langostinos, con unas semillas de sésamo negro.
Necesitamos para un bocadillo:
Una rebanada de pan o un bollo. Se puede tostar o dejar tal cual.
½ aguacate.
1 tomate mediano y 4 ó 5 cherris.
Langostinos, la cantidad depende del tamaño, pero tres puede estar bien. También puede ponerse gambas.
1 diente de ajo.
Semillas de sésamo.
Sal y aceite de oliva virgen extra.
Empezamos pelando los langostinos y partiéndolos en dos o tres trozos; si usamos gambas las dejamos enteras.
Pelamos el tomate y lo partimos en trocitos; si ponemos cherris los partimos a la mitad.
En una sartén ponemos una cucharada de aceite con el ajo picado menudo; en cuanto empiece a “bailar” añadimos el tomate y cocinamos un minuto a fuego fuerte; agregamos los langostinos, salamos y cocinamos unos dos minutos más. Los langostinos se cocinan pronto y no conviene hacerlos demasiado o quedarán secos.
Machacamos con un tenedor el medio aguacate.
Montamos el bocadillo: sobre el pan, que podemos tostar o no según nos guste, ponemos el aguacate y encima el contenido de la sartén.
Espolvoreamos unas semillas de sésamo y servimos.
¿Comemos o qué?
Este bocadillo está inspirado en este; yo he hecho mi versión porque ya sabéis que a los/las “cocinillas” nos gusta cambiar siempre algo, dar nuestro toque.
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