¡El desayuno del
domingo!
Necesitamos:
130 g de
orejones de albaricoque.
4 cucharadas de
agua.
60 g de azúcar
blanco.
180 g de harina,
todo uso.
½ sobre de
levadura química.
1 huevo mediano.
1 yogurt
natural.
½ medida del
yogur de aceite.
1 pizca de sal.
Empezamos poniendo los orejones en una pota con el agua
y 1 cuchara (incluida en los 60 gramos); tapamos y dejamos cocer dos o tres
minutos. Sacamos para un bol y dejamos enfriar. Cuando no quemen los picamos a
trocitos, mejor con una tijera.
Si queda algo de líquido lo guardamos.
Mientras pesamos los demás ingredientes.
En un bol grande ponemos los ingredientes secos: harina,
azúcar, levadura, pizca de sal. Mezclamos.
Agregamos los trocitos de orejones para que se rebocen
de harina.
Batimos el huevo con el aceite y el yogur
(si los orejones dejaron algo de almíbar lo echamos).
Juntamos las dos masas, seca y húmeda, mezclando lo
mínimo, solamente hasta conseguir una masa uniforme.
Calentamos el horno a 180º.
Rellenamos los moldes, un poco más de la mitad.
Horneamos hasta que al pinchar con un palillo éste
salga seco. En mi horno 16 minuto, pero ya sabéis que depende del horno y de la
cantidad de masa.
Sacamos a una rejilla y dejamos enfriar.
¡Y listo! ¡A disfrutar!
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