Un plato muy barato que
está “pa chuparse los dedos” o como diría un portugués “para llorar por más”.
El invierno es la estación
ideal para comer coles, no es que no se puedan comer en otra época, que también
hay coles de verano pero ahora el frío, las heladas e incluso la nieve dejan
las coles perfectas de sabor.
Con las salchichas os
recomiendo comprarlas en una carnicería de confianza donde tengan productos de
calidad ya que es fácil que se hagas con ingredientes de muy baja calidad. Si
no tenemos garantía es mejor usar otro ingrediente.
Necesitamos para dos:
Un repollo pequeño.
6 u 8 salchichas.
Aceite de oliva virgen
extra.
Sal.
Vinagre (optativo).
Además yo puse 3
zanahorias y 6 judías verdes ¿por qué? Porque estaban solas y tristes en la
nevera y no me gusta que se estropeé la comida pero son perfectamente
prescindibles.
Empezamos
poniendo en una cazuela amplia 2 ó 3 cucharadas de aceite y freímos las
salchichas hasta que estén doradas.
Mientras picamos
el repollo y lo lavamos; pelamos las zanahorias y las
picamos; quitamos las hebras a las judías y las partimos.
Cuando están las
salchichas añadimos las verduras, ponemos un poco de sal y dos cucharadas de agua,
damos unas vueltas, tapamos y dejamos que se cocine a fuego medio durante
unos 10/12 minutos.
Es importante que esté
tapado ya que se cocina con el propio agua de las verduras; cuando destapemos
para darle unas vueltas tendremos cuidado que el vapor de la tapa vuelva a caer
en la cazuela.
Probamos si está tierno el
repollo y bien de sal, rectificamos si hace falta.
Ya en el plato, si os
gusta podéis poner un chorro de vinagre.
En León donde yo nací y me
crié es muy típico comer los garbanzos del cocido, sin nada de caldo, con
repollo “arreglado” con un refrito de aceite, ajo y pimentón y un chorro de
vinagre y a mí me ha quedado la costumbre.
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